¿Qué sigue en el impeachment contra Trump?
La acusación en contra del presidente pasa ahora a manos del Senado -controlado por los republicanos-, donde efectivamente se realizará el juicio en enero. Para que Trump sea destituido deben votar en su contra más de dos tercios de los senadores.
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El primer paso en firme para llevar a cabo un juicio político en contra del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, lo dio este miércoles la Cámara de Representantes, controlada por los demócratas.
Ya es un hecho: Trump es el tercer mandatario en afrontar el proceso. Y, como sus antecesores, lo más probable es que salga airoso en la segunda etapa.
El impeachment pasa ahora a manos del Senado -controlado por los republicanos-, donde efectivamente se realizará el juicio. Está previsto para inicios de enero.
La Constitución estadounidense establece que durante ese proceso los senadores actuarán como un jurado, mientras que un grupo de miembros de la Cámara de Representantes tendrá el papel de acusadores.
El presidente de la Corte Suprema, el magistrado John Roberts, será quien dirigirá el juicio.
Al final, debe realizarse una votación pública. Para que haya una condena y Trump sea destituido deben votar en su contra más de dos tercios de los senadores (67%).
El proceso no está del todo regulado, aunque existen algunas normas aprobadas por la Cámara Alta en la década de 1980 que pueden servir de orientación.
En todo caso, los miembros deberán ponerse de acuerdo sobre las reglas más importantes como, por ejemplo, si se permitirá la presentación de testigos, el tipo de evidencia que se aceptará o la duración del juicio.
El ejemplo moderno más reciente fue el impeachment en contra de Bill Clinton en 1998, cuando no se permitió la presentación de nueva evidencia y solamente se aceptaron testimonios pregrabados de testigos clave.
Juicio expedito
En la actualidad, los líderes de ambos partidos en el Senado han dado muestras de tener posiciones muy distintas sobre cómo debe realizarse el juicio contra Trump, aunque parecen coincidir en su deseo de evitar que el proceso se les vaya de las manos y se convierta en una suerte de espectáculo político, considerando la cercanía de las elecciones.
El líder de la minoría demócrata en el Senado, Chuck Schumer, ha dicho que quiere que testifiquen algunos altos funcionarios del gobierno como el jefe de gabinete de Trump, Mick Mulvaney, o el exasesor de Seguridad Nacional, John Bolton.
Pero el titular del Senado, el republicano Mitch McConnell, no es partidario de permitir la presentación de testigos.
Una vez que se fijen las reglas del juicio, se determinará la fecha de inicio del proceso y los senadores deberán hacer un juramento de imparcialidad.
A pesar de ese compromiso, todo apunta a que la mayor parte de los miembros terminará votando de acuerdo con la posición de su partido. De ser así, Trump saldría exonerado del proceso gracias a los votos de la mayoría republicana en la Cámara Alta.
La duda entonces sería si todo este proceso habrá servido para fortalecer o debilitar sus opciones de alcanzar la reelección en 2020.