La canciller alemana, Angela Merkel, ha afirmado que el
objetivo de las medidas para paliar la crisis económica mundial debe ser la
consolidación, no un "endeudamiento aplastante" que perjudique a las
próximas generaciones.
En un artículo publicado hoy por el diario económico
"Handelsblatt", Merkel insiste en la importancia de que Alemania
alcance su objetivo de "consolidar las finanzas estatales" pese a que
ese propósito haya sido postergado ante la crisis financiera internacional.
"Sin embargo, no debemos abandonar el objetivo de la
consolidación", apunta la canciller.
Merkel destaca que durante este año, en conjunto, las arcas
alemanas obtuvieron un ligero superávit lo que situó al país en una "mejor
situación" para contrarrestar la situación económica "sin poner en
juego" la estabilidad europea y el pacto de crecimiento de la Unión.
No obstante, indica que "cada mil millones de euros más
de deuda" cercenan la capacidad de gestión de Alemania de cara al futuro y
añade que, actualmente, una séptima parte de los presupuestos germanos se
destina al pago de intereses. "Ese dinero nos hace falta para inversiones
de futuro", sostiene.
Para la canciller, es necesario "salir de ese círculo
vicioso" a largo plazo y desarrollar unas nuevas reglas de endeudamiento
"efectivas y modernas" tanto para el Estado como para los
"Länder" que permitan regresar a la "senda de la
consolidación" de forma permanente.
Merkel califica de "rápida y decidida" la
actuación del Gobierno de la gran coalición de cristianodemócratas,
socialcristianos y socialdemócratas ante la crisis con un programa de
reactivación económica, con un volumen de 32.000 millones de euros (unos US$ 35.000
millones), frente a las críticas que ha recibido dentro y fuera de Alemania por
su tibieza.
El viceportavoz del Gobierno, Thomas Steg, anunció ayer que
el Ejecutivo mantiene abiertas "todas las opciones" para un segundo
plan de rescate económico, para el que se baraja un monto de 25.000 millones de
euros y que quedará decidido a mediados de enero.
La canciller, que ha insistido repetidamente en la necesidad
de estudiar la evolución de la crisis y de las medidas ya adoptadas antes de
tomar nuevas decisiones, afirma en el artículo que discutir sobre nuevas
iniciativas "con frecuencia semanal" no contribuye a mejorar la
confianza de los ciudadanos.
A su juicio, es vital actuar con "prudencia" ante
la crisis económica con el fin de mantener y garantizar puestos de trabajo