El presidente brasileño, Luiz
Inácio Lula da Silva, dijo hoy en su último programa semanal de
radio del año que, pese a la crisis financiera internacional, Brasil
no sufrirá recesión ni desempleo como otros países y que, por el
contrario, seguirá creciendo.
"Vamos a trabajar para que esa crisis no cause aquí en Brasil los
efectos perversos que está provocando en Japón o en Estados Unidos,
con millones de desempleados. Estoy convencido de que Brasil debe
mirar la crisis como una oportunidad para que podamos hacer las
cosas que aún no hicimos", aseguró el mandatario.
"El dinamismo del mercado interno brasileño es el que permitirá
que la economía siga creciendo. Mientras algunos países están en
recesión, Brasil puede crecer un poco menos de lo que tenía
previsto, pero seguirá creciendo y generando empleos", agregó.
Lula aseguró que 2008 fue un buen año para Brasil debido a que el
país creció con fuerza y, por lo menos hasta octubre, generó 2,2
millones de nuevos empleos formales.
El crecimiento económico brasileño hasta el tercer trimestre
superaba el 6,0% y la previsión es que el país cierre el
año con una expansión cercana a 5,6%.
Pese a que el Gobierno ha dicho que aún trabaja con la previsión
de un crecimiento de 4,0% para 2009, los economistas de
los banco privados prevén que el ritmo de crecimiento será menor y
que Brasil cerrará el próximo año con una expansión cercana a 2,44%.
Aunque Lula alegó durante varias semanas que Brasil no sería
alcanzado por la crisis, la reducción del crédito internacional y de
la demanda mundial por materias primas provocó una desaceleración en
la producción industrial a partir de octubre y obligó a varias
empresas a ajustar su producción, despedir empleados y conceder
vacaciones colectivas.
"Brasil tuvo en 2008 un año bueno. No voy a decir que excelente,
pero sí bueno. Apenas en el último trimestre tuvimos problemas,
resultado de esa crisis mundial, mucho más por la falta de crédito
internacional", afirmó.
"En la medida en que el crédito en dólares afuera faltaba, las
empresas brasileñas que captaban dinero en el exterior tuvieron que
buscarlo en el sistema financiero brasileño y por eso tuvimos
problemas de crédito", dijo.
Agregó que el Gobierno determinó entonces varias medidas para
aumentar el flujo de recursos en el sistema financiero, entre las
cuales la reducción del ajuste bancario, así como medidas para
ayudar a los exportadores y para garantizar los proyectos nacionales
de desarrollo.
"Aunque tengamos una crisis que es la más fuerte en toda la
historia desde la industrialización, el hecho concreto es que Brasil
es el país que está más preparado" para superarla, dijo.
"Tenemos reservas, tenemos un mercado interno fuerte. Vamos a
trabajar fuerte para que podamos conceder la ayuda necesaria para
que la economía siga creciendo. Antes del 20 de enero presentaremos
otras propuestas de incentivo al crecimiento económico", dijo.
"Creo que es importante que todo el mundo tenga claro que no
vamos a quedarnos parados esperando a que la crisis afecte a
Brasil", agregó.