El viceministro indio de Finanzas,
P.K. Bansal, advirtió hoy sobre los efectos de la crisis financiera
global en el gigante asiático, que debe estar "preparado" para que
su PIB crezca alrededor de un 7% en el presente año
fiscal, por debajo de las estimaciones oficiales anteriores.
"Es difícil hacer una predicción precisa sobre las perspectivas
de crecimiento a estas alturas del año a causa de la incertidumbre,
aunque las expectativas son que (el PIB) se mantenga entre el 7% y el
8%", dijo el viceministro, citado por la agencia IANS.
"Tenemos que estar preparados, sin embargo, para un crecimiento
de alrededor del 7% en 2008-09", alertó Bansal.
La última estimación oficial, del pasado mes de agosto, rebajaba
al 7,7% la tasa de crecimiento para el año fiscal 2008-09,
que finaliza el próximo mes de abril, aunque el Gobierno había
previsto al presentar los presupuestos un alza del PIB del 8,7%.
En un debate parlamentario para analizar la situación económica
en el ecuador del año fiscal, el viceministro explicó que la
economía india creció un 7,8%o durante la primera mitad del
presente año financiero.
Pero precisó que éste será "más lento" durante el resto del
ejercicio a causa de la bajada de las exportaciones y la falta de
demanda en el mercado nacional, que incluye una "posible"
contracción de la inversión privada.
En el informe presentado con motivo del debate de hoy, el
Gobierno insiste en que la India puede afrontar la crisis global con
garantías si lleva a cabo las políticas adecuadas.
Subraya que su sector terciario representa una parte importante
del PIB en comparación con otras economías emergentes, así como el
"sólido" crecimiento del sector agrario (un 4% de media en
los últimos cinco años).
En un comunicado, el Ministerio de Finanzas negó hoy que la
economía india esté "en recesión", aunque precisó que existe una
"moderación" en el crecimiento "a causa del impacto" de la crisis
financiera global.
El Ministerio recordó que las autoridades indias han tomado
medidas recientes para frenar las consecuencias de la crisis, entre
ellas un paquete de medidas que recoge una inversión extra de US$4.000
millones en los próximos meses y la decisión del Banco
Central de reducir dos tipos de interés para inyectar masa monetaria
y estimular la concesión de préstamos a las empresas.