El sobrecargado sistema de pensiones brasileño lleva una larga lucha con un particular problema: Las jovencitas que se casan con hombres lo suficientemente mayores como para ser sus abuelos, para reclamar sus pensiones cuando estos mueren.
Hasta la semana pasada, Brasil tenía uno de los sistema de retiro más generosos del mundo, que permitía a los cónyuges de trabajadores fallecidos recibir su pensión casi completa por el resto de su vida, incluso si se vuelven a casar. El sistema hace que el matrimonio con hombres de edad sea tan atractivo que los funcionarios lo llaman el "efecto viagra".
Sin embargo, esto podría cambiar luego de que la Presidenta Dilma Rousseff recortara los beneficios de los planes de desempleo y pensiones en 18 mil millones de reales (US$ 6.700 millones) la semana pasada como parte de un paquete de medidas de austeridad en el inicio de su segundo mandato. Bajo la regla, las esposas van a recibir sólo un 50% de la pensión de sus parejas fallecidas, y los menores de 44 años sólo podrán cobrar el pago por tres años.
El recorte es el último de una serie de medidas pro mercado anunciadas por Rousseff, una ex guerrillera de izquierda, para corregir la deteriorada cuenta fiscal, impulsar el crecimiento y evitar una posible baja a la calificación de crédito a la categoría de basura.
Economistas dicen que Brasil podría anunciar su primer déficit primario de presupuesto en el año calendario 2014 a raíz de la combinación de incentivos fiscales populistas y el intervencionismo estatal de Rousseff en su primer mandato. La economía, que creció 7,5% en 2010, probablemente se expandió 0,1% en el último año. "Más que nadie, yo sé que Brasil necesita comenzar a crecer de nuevo" dijo Rousseff durante su discurso inaugural la semana siguiente a ganar la elección de octubre contra Aécio Neves un empresario del partido PSDB cercano al mercado. "El primer paso es ajustar la cuenta pública, incrementar el ahorro doméstico, expandir la inversión y aumentar la productividad".
Aparte de cortar beneficios, Rousseff también ha atraído inversionistas mediante el nombramiento del ex banquero Joaquim Levy como ministro de Hacienda, alzas a la tasa de interés y recortando a la mitad el vasto programa de intervencionismo del Banco Central que ha sido culpado de crear una distorsión en la economía.
El último mes, Rousseff incluso prometió abrir a bolsa parte del Caixa Econômica Federal, el banco Estatal responsable de la administración del programa de bienestar social Bolsa Familia, impactando a adversarios y partidarios.
A lo largo de su campaña, sus compañeros de Partido de los Trabajadores (PT) hicieron grandes esfuerzos por satanizar a banqueros, incluso sugiriendo que una mayor independencia del sector por parte del control del Estado podría empobrecer a los brasileños comunes.
"Con cada nueva medida anunciada se hace más claro que la reciente elección la ganó con mentiras" escribió en su cuenta de Facebook Neves. La medida fue impopular en su propio partido, con sólo 6.000 asistentes a la inauguración del segundo período de Rousseff en Brasilia según medios locales, comparado con los 30.000 que anticipaba el PT.
Aunque los analistas han dado la bienvenida a las medidas políticamente riesgosas y a la aparente voluntad de Rousseff de abandonar sus políticas heterodoxas anteriores, ellos dicen que podría tomar años reparar el daño de su primer mandato. Muchos incluso dudan de que Rousseff tenga la convicción de sostener las medida durante los próximos cuatro años, especialmente si las políticas de ajuste necesarias amenazan elevar el desempleo.
En general, 2015 estará probablemente marcado por el quinto año consecutivo de crecimiento decepcionante y encabezado por una inflación sobre el 5,5%" dijo Alberto Ramos, Economista de Goldman Sach, agregando que los riesgos externos como una baja en los precios de los commoditys podría hacer que la tarea brasileña sea más dura.
Carlos Gajardo