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Preparándose para 2011
Por: Equipo DF
Publicado: Jueves 30 de diciembre de 2010 a las 05:00 hrs.
Las necesidades de financiamiento de los gobiernos europeos están asustando a los mercados de bonos a medida que 2010 termina. Pero puede ser momento de empezar a preocuparse también por la deuda de las empresas. A primera vista, el mundo empresarial ha sido notablemente resiliente a la crisis de deuda soberana. Se espera que las tasas de incumplimiento caigan modestamente en 2011: la tasa móvil de doce meses de incumplimiento empresarial en Europa de Standard & Poors podría bajar a 4% para fines de año, en comparación con el 14,8% a fines del tercer trimestre de 2009. Eso sugiere que las empresas están sobrellevando la turbulencia razonablemente bien, a diferencia de los gobiernos o los bancos.
Los inversionistas en deuda de empresas no se están dejando llevar. La crisis soberana puede transmitirse fácilmente al sector empresarial. Un mecanismo de transmisión es la relación entre gobiernos y empresas, a través de propiedad o contratos. Otro es el enfoque nacional de las empresas. Y está el sector bancario: si la crisis de deuda soberana de la eurozona es en realidad una crisis bancaria (lo es), eso afectará a los deudores empresariales a través de una continua estrechez de crédito.
S&P estima que hay que financiar 16 billones de euros en endeudamiento soberano, bancario, empresarial e inmobiliario hasta 2015. Este tsunami de financiamiento se presentará en un contexto cada vez más difícil: la probabilidad de una crisis continua de la eurozona, un riesgo político creciente y cambios a los mercados europeos de capital por iniciativas como las normas Basilea III de capital bancario. Esos factores ayudarán a determinar los niveles de riesgo y volatilidad en los mercados, para influenciar la demanda de los inversionistas y elevar los niveles de rebajas e incumplimiento. El alto volumen de emisión también dictará los rendimientos.
Una manera en que los emisores puedan evitar los peligros de un abarrotamiento antes de 2015 es llegar temprano al mercado. Dadas las mejores perspectivas para el próximo año, los deudores empresariales ya deberían estar llamando a sus suscriptores. El endeudamiento soberano podría ser unas cuatro veces el endeudamiento empresarial entre hoy y 2015. Los deudores empresariales no deben permitir que los gobiernos los desplacen.