Por Ralph Atkins
La Copa Mundial de Fútbol ofrecerá una distracción bienvenida para los mercados financieros si estos están tranquilos cuando comience el Mundial en Brasil en sólo cuatro semanas. Por lo menos la competencia entre 32 naciones proporcionará acción real y veloz. Hay otra buena razón para verla: podría ser una fuente de inspiración para los operadores de bonos.
El torneo debería impulsar un aumento global de las apuestas en línea de los fanáticos del fútbol, con millones de transacciones hechas rápidamente a precios transparentes. Los economistas –y algunos estrategas financieros– han detectado que este creciente subproducto del fútbol ofrece un laboratorio de pruebas para evaluar cómo funcionan los mercados y qué se necesita para comerciar de forma rentable.
En este momento, lo impredecible y emocionante de la Copa Mundial, y los vínculos claros entre el desempeño de los equipos y los resultados obtenidos, contrastan fuertemente con los mercados de bonos donde nadie realmente duda que los bancos centrales mantendrán las tasas de interés en estos niveles bajos por un tiempo considerable.
Apostar sobre las habilidades de los jugadores puede ser altamente provechoso para los fanáticos más conocedores. En el mercado, los bancos están bajando el comercio de valores de renta fija pues no pueden obtener un rendimiento decente.
Las apuestas deportivas en línea ofrecen una percepción sobre cómo funcionan realmente los mercados manejados por humanos ya que hay un flujo de "noticias limpias". Los partidos se transmiten globalmente así que todos saben cuando se anota un gol. Aquellos que toman parte están bien informados y tienen experiencia, aunque hay dudas sobre si los retrasos en transmisiones crean oportunidades disparejas para aquellos con tecnología más rápida.
Una conclusión obtenida de estudios académicos es que los mercados manejados por humanos pueden actuar con eficiencia implacable. En una investigación publicada en The Economic Journal, Karen Croxson y James Reade, dos economistas de la Universidad de Oxford, observaron las apuestas hechas en Betfair, un sitio en línea para apuestas, durante más de 1.200 partidos profesionales.
Las probabilidades cambian durante un partido; mientras más se acerca el silbato final, más predecible es el resultado. Así que para identificar el impacto de los goles, analizaron los anotados justo antes del medio tiempo, cuando el 'tiempo de juego' se encuentra detenido pero las apuestas continúan. Su conclusión es que "los precios se ponen al día tan rápido y completamente que la noticia de un gol está totalmente digerida para el momento en que se inicia el medio tiempo, aún cuando el gol sucede momentos antes del fin del tiempo de juego".
¿Qué importancia tiene esto para los mercados financieros?
Una lección es que es difícil encontrar huecos de información que puedan ser explotados; las noticias se evalúan casi inmediatamente. Si un resultado de fútbol se da por hecho –como cuando el fin de semana pasado Manchester City ganó la Premier League inglesa– las ganancias obtenidas de las apuestas son pequeñas. Similarmente, en una época de "flexibilización cuantitativa" por la Reserva Federal de EEUU y otros bancos centrales, hay poca ventaja para los operadores que llevan la delantera del juego con respecto a, por ejemplo, predecir el desempeño económico de EEUU.
"Si quisiera ir contra la Fed, me gustaría estar absolutamente seguro de saber algo que nadie supiera, porque estaría apostando el equivalente de que West Ham le ganara a Manchester City," dice Steven Major, director mundial de investigación de renta fija en HSBC. "Necesitas tener cuidado con las personas que creen que saben más que nadie."
Aun cuando los mercados de bonos (o partidos de fútbol) están disparejos, las estrategias de apuesta todavía pueden rendir dividendos. Los operadores de bonos que son fanáticos del fútbol comentan que apostar en línea no es muy diferente de lo que hacen en sus empleos.
Más que actuar como una casa de apuestas tradicional, Betfair, con más de 900.000 usuarios activos, es un mercado que permite a los apostadores tomar cualquier lado de la apuesta. Pueden hasta fingir apalancamiento: para tomar mayor riesgo, no se apuesta al resultado sino al margen de goles del ganador. Los mejores operadores tratan de detectar anomalías en los precios que se pueden explotar, no "peleando contra la Fed" sino vigilando, por ejemplo, las interpretaciones demasiado optimistas del mercado de trabajo de EEUU.
Pero la volatilidad en los mercados de bonos será mayor cuando los bancos centrales comiencen eventualmente a subir las tasas de interés. Entonces los grandes ganadores serán de nuevo aquellos que evaluaron mejor las habilidades de quienes generan políticas y los desempeños relativos de las economías.