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Los días oscuros no logran perturbar al colorido primer ministro de Finlandia

Pese al difícil momento que vive la economía local, Alex Stubb cree que su gobierno sobrevivirá hasta las elecciones de abril.

Por: Richard Milne
 | Publicado: Jueves 14 de agosto de 2014 a las 05:00 hrs.
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Como cualquier comienzo, Alex Stubb no ha tenido el tiempo más fácil desde que se convirtió en el primer ministro de Finlandia hace siete semanas. Algunos economistas creen que la economía local no sólo está en recesión sino en una depresión. Las sanciones por y en contra de Rusia están golpeando fuerte al país nórdico y hay dudas sobre si es que el gobierno puede sobrevivir hasta las elecciones en abril.

“El enfoque general es que estamos entre la espada y la pared, pero sobreviviremos”, afirma Stubb de 46 años, líder del Partido de Coalición Nacional, de centroderecha.

Conocido en la zona euro como un vocero de la austeridad, Finlandia está enfrentando sus propios severos problemas económicos. Casi todos en el país admiten que los problemas no son cíclicos sino estructurales, con el declive de Nokia y de la industria del papel y la pulpa conteniendo el crecimiento y el subempleo.

Pasi Sorjonen, economista de Nordea Bank quien recientemente publicó una nota llamada “La depresión está aquí”, asegura que la economía podría contraerse por cuatro años consecutivos hasta 2015. “Parece que volver a los volúmenes de PIB de 2008 tomará diez años. Es como una doble recesión”, sostiene.

Stubb manifiesta que la situación es similar a la de los ’90, cuando la nación enfrentó una profunda crisis antes del auge de Nokia.

“Deberíamos considerarnos como un gran motor diésel. Toma tiempo para que nos pongamos en movimiento, pero luego alcanzamos una alta velocidad”, comenta.

Sin embargo, casi en el siguiente respiro, menciona las actuales dificultades económicas: “no hay una poción mágica. Hay poco que el gobierno puedahacer, excepto facilitar los negocios”.

Nuevo estilo


Una cosa que ciertamente Stubb está haciendo es cambiar el estilo de ser primer ministro. Conocida previamente por líderes cortados de la misma tela que la imagen del país –serio, austero, conservador-, la nación ahora tiene un líder que se viste con colores alegres y sube fotos suyas en lycra corriendo y andando en bicicleta a Twitter. 
Las fotos de Stubb compitiendo en un triatlón a mediados de julio provocaron una fuerte respuesta por parte de algunos comentaristas. Una miembro del Parlamento lo describió como si estuviera “fuera de contacto” con los finlandeses comunes y corrientes mientras otros hablaban del conflicto en Gaza. Ella terminó ofreciéndole un consejo: “menos tweets y más acción”.

Stubb, quien es parte de la minoría de habla sueca, no muestra remordimientos sobre su entusiasmo por Twitter y el deporte. “Es muy importante ser uno mismo en lo que sea que uno haga, y simplemente usar sentido común”. Él añade que Twitter y los medios sociales están cambiando la cara de la política al permitir que los votantes se contacten directamente con los políticos.

Jukka Tarkka, un ex parlamentario e historiador especializado en la Finlandia de postguerra, declara: “su estilo es algo bastante nuevo en Finlandia y será muy interesante ver cómo la gente reacciona a él. Él es muy relajado y no tan pomposo. A la gente joven le gusta eso, pero no estoy seguro de que atraiga mucho a las bases de su partido”.

Con un estilo relajado o no, los problemas se han ido acumulando para el primer ministro. Finlandia comparte una frontera de 1.300 kilómetros con Rusia –más larga que la de todos los otros miembros de la UE combinada– y Stubb asevera que una caída de 3% en el PIB de Rusia automáticamente se traduce en un descenso de 0,5% en Finlandia.

Sin embargo, él tiene claro que el efecto sobre la economía no puede influenciar la postura del país sobre las sanciones. “Nuestros principios no están a la venta: creemos en las instituciones internacionales, creemos en el Estado de derecho”, acota.

Otro problema es si es que el gobierno puede mantenerse intacto hasta las elecciones de abril. El principal socio de su coalición, los socialdemócratas, ha visto su popularidad disminuir rápidamente desde que cambió el líder hace pocos meses, mientras que el Partido Verde ha amenazado con que podría dejar el gobierno por la energía nuclear.

Tarkka opina que la probabilidad de elecciones anticipadas en el otoño boreal es una posibilidad: “la primera gran tarea de Stubb es tratar de ayudar al líder de los socialdemócratas a mantenerse vivo”.

Stubb insiste en que la coalición de cinco partidos sobrevivirá, argumentando que es un mero “gobierno de implementación” de reformas que ya fueron acordadas en los últimos tres años. “Nos quedan ocho meses. Seré condenado si caemos cuando todo lo que tenemos que hacer es implementar estas decisiones”.

Pero algunos ejecutivos están preocupados acerca de la falta de experiencia doméstica de Stubb, con sus roles en gobiernos previos siendo ministro de Relaciones Exteriores y ministro para Asuntos Europeos.

“El lado positivo es que es joven y energético y ha estado poniendo sobre la mesa temas que normalmente son tabú. El problema es que no tiene experiencia en los campos operacional y doméstico”, asegura un alto empresario.

La campaña electoral –cuando sea que ocurra- probablemente tendrá a Stubb impulsando temas controvertidos como su apoyo ardiente a que Finlandia se una a la OTAN, a pesar de que muchos compatriotas aún consideran a su país como neutral. Pero cualquiera que espere un cambio de estilo también probablemente se decepcionará. “El próximo fin de semana, haré la mitad de un Ironman. Y twitearé al respecto”, remata Stubb.

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