El secretario del Tesoro de Estados Unidos, Jack Lew, advirtió que una ola de compras extranjeras por parte de empresas estadounidenses que buscan reducir sus cuentas tributarias domésticas arriesga con revertir los recortes recientes en el déficit fiscal de US$ 492 mil millones del país.
Lew planteó el peligro de que las llamadas reversiones tributarias provoquen un daño fiscal al reiterar la determinación de la administración Obama para tomar medidas para desalentarlas “en el futuro muy cercano”.
Los acuerdos han provocado indignación política al permitir que las empresas estadounidenses cambien su domicilio tributario a un país con tasas impositivas menores al adquirir a un rival extranjero.
“Si permitimos que los incentivos para buscar estos acuerdos se mantengan, corremos el riesgo de deshacer el progreso que hemos logrado para reducir nuestro déficit presupuestario federal”, dijo Lew ayer.
Desde principios de 2013 se han anunciado trece acuerdos de reversión por un valor de US$ 178 mil millones, según Dealogic, y banqueros y políticos dicen que hay más en preparación.
“Al renunciar en la práctica a su ciudadanía, pero manteniéndose acá, estas empresas están erosionando la base tributaria corporativa de Estados Unidos”, aseguró Lew en un discurso en Washington.
“Eso significa que todos los otros contribuyentes, incluyendo a las pequeñas empresas y trabajadores estadounidenses, tendrán que cargar con más de la responsabilidad de mantener las principales funciones públicas”.
Sin embargo, algunos expertos tributarios cuestionaron si las reversiones tendrán un efecto significativo en la posición fiscal de Estados Unidos.