Por roger blitz
El golf debería estar entrando en sus años dorados. La población está envejeciendo, y las personas están viviendo cada vez más tiempo. Es el juego perfecto para los adultos mayores acaudalados que desean mantenerse saludables.
Entonces, ¿por qué uno de los mayores retailers deportivos de Estados Unidos dice que el golf está “bajo presión” como negocio y en un “declive estructural”?
La semana pasada Dick’s Sporting Goods pagó US$ 20 en cargos relacionados con su negocio de golf, incluyendo el pago de indemnizaciones a cerca de 500 profesionales de la PGA que ayudaron a vender equipamiento de golf en sus tiendas.
No se trata de un hecho aislado. Adidas, cuya marca TaylorMade domina el mercado de equipamiento de golf, está reestructurando su negocio de golf después de que las ventas cayeran más de 20% en el segundo trimestre.
Nike, cuyo cuadro de celebridades patrocinadoras incluye a Tiger Woods y Rory McIlroy, tiene un desempeño sólo un poco mejor. Los ingresos procedentes del golf se mantuvieron planos para el año al 31 de mayo, en US$ 789 millones, después de un aumento de 9% en 2012 y 2013.
Los minoristas se han quejado de que una disminución de la participación en el golf ha dado lugar a un exceso en la oferta de equipos, especialmente en los drivers, o maderas, que sirven para las distancias más largas.
Según Golf Datatech, un grupo de investigación de mercado de EEUU, el número de rondas jugadas en el país bajó 4,9% el año pasado. La caída en el primer semestre fue de 2,1%. Descensos similares han estado golpeando a otro gran mercado del golf: el Reino Unido.
Las ventas del golf disminuyeron 3,5% en el primer semestre a
US$ 1.400 millones. La tendencia más preocupante es la caída en la venta de maderas (14%).
“La madera es una categoría de alto costo, la categoría que se ocupa principalmente de la distancia, una palabra importante para cualquier golfista”, dijo Tom Shine, de Golf Datatech. “Que haya caído tanto es preocupante”.
Los fabricantes de equipos han exacerbado el problema al lanzar demasiados modelos, según los analistas. Se solía poner a la venta nuevas maderas una vez año, pero algunas marcas están acelerando este ciclo.
Los minoristas están aplicando fuertes descuentos para renovar el inventario. Ed Stack, director ejecutivo de Dick, dijo este año que los driver que hace 20 meses costaban US$ 299 estaban siendo vendidos por US$ 99.
De acuerdo con Paul Hedges de Foremost, un minorista británico de golf, los recortes en los precios están provocando incertidumbre en los golfistas sobre los beneficios de los nuevos productos -especialmente cuando las autoridades de este deporte están aumentando la fiscalización de los palos que mejoran el rendimiento- y están resentidos porque los palos de golf que compraron recientemente están siendo sometidos a importantes descuentos.
“La mayoría de las grandes marcas ha tratado de estimular el negocio ganando participación en lugar de ampliar el mercado”, comentó Hedges, quien estima que las ventas de palos de golf en el Reino Unido este año han caído entre un 10% y 15%. Tomará al menos hasta fines de 2016 revertir esta tendencia.
Problemas de fondo
Pero otros temen que el declive en la participación deje al deporte con más problemas fundamentales. El golf está luchando para atraer a los “millennials”, definidos como las personas entre 13 y 30 años, mientras combate las percepciones de que el juego es muy largo, muy caro o simplemente “aburrido” y “poco a la moda”.
Un estudio realizado por la Asociación de la Industria del Deporte y Fitness muestra que el número de estadounidenses entre 13 y 18 años que han jugado en un campo de golf por lo menos una vez fue cerca de 13% más bajo el año pasado que hace cinco años.
En el Reino Unido el promedio de edad del golfista es de 45 años, sobre los 41 en 2009, mientras que la de los “golfistas ávidos”, quienes juegan por lo menos una vez a la semana, subió de 48 años a 63, de acuerdo con Sports Marketing Surveys.
“Lograr que se unan golfistas más jóvenes y retener sus membresías en clubes de golf es un desafío constante”, comentó SMS.
Esto podría no importar mucho en el corto plazo. Es el golfista ávido en lugar del irregular, el jugador joven ocasional, quien mantiene a los campos y los fabricantes de equipos en el negocio.
Hay factores más inmediatos que podrían explicar la actual caída en la participación. Uno es el “efecto Tiger”. El declive de la figura de Woods está causando que se desvanezca el interés entre aquellos atraídos al juego por su personalidad hipnótica.
Otro es el crudo invierno que sufrió EEUU a principios de año, que dañó los campos e impidió que muchos entusiastas pudieran salir a jugar. “El clima tuvo mucho que ver con eso”, comentó Shine.
Pero las señales a largo plazo no son muy alentadoras. Una encuesta de Golf Datatech de golfistas “serios” o ávidos descubrió que las preocupaciones financieras que quedaron desde la crisis están afectando sus decisiones de compra en el golf.
En comparación con siete años atrás, los golfistas serios tienen ingresos significativamente más altos y juegan con la misma frecuencia, arrojó la encuesta.
Pero, al haber visto caer sus fondos de jubilación debido a la crisis, se han vuelto mucho más cautos sobre su gasto. “La psiquis del consumidor de golf está siendo dañada por haber superado recientemente la recesión económica”, aseveró Shine.
Dick’s Sporting Goods no parece convencido de querer quedarse para ver si el golf recupera su atractivo. En estos días prefiere enfocarse en los deportes de rápido crecimiento. Stack comentó a analistas recientemente: “el golf será una porción pequeña de nuestro negocio”.