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FT entrega a España el trofeo al peor equipo y afirma que Chile merece el apodo de La Roja

Por primera vez, el “galardón” fue otorgado a menos de una semana de haber comenzado la Copa Mundial de Fútbol.

Por: Simon Kuper
 | Publicado: Viernes 20 de junio de 2014 a las 05:00 hrs.
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A esta altura, el premio del Financial Times para el peor equipo de la Copa Mundial es posiblemente tan prestigioso como el trofeo dorado logrado por el ganador. EEUU ganó nuestro premio inaugural en 1998, Arabia Saudita en 2002, Serbia en 2006 y Francia en 2010. Todos fueron equipos terribles, pero ninguno selló el galardón a sólo seis días de haber empezado el torneo. Esa distinción pertenece al peor equipo de 2014: España.

Los españoles llegaron aquí no sólo como campeones mundiales, sino -tras dos títulos europeos consecutivos- como la selección más exitosa de la historia. Sin embargo, comenzaron con un error clásico: eligiendo a jugadores porque habían sido campeones mundiales antes. Con esa lógica, Inglaterra debería haber enviado a su equipo de 1966, mientras que Diego Maradona estaría aquí como el creador de Argentina, no como comentarista de televisión que a veces ni siquiera consegue entrar al estadio.

El FT predijo la semana pasada que los españoles “no cometerían el error de tratar de ganar la Copa Mundial de 2010 de nuevo”. De hecho, en Brasil abandonaron su confiado juego “tiki taka”. Lamentablemente, no lo reemplazaron con nada. Durante la derrota de 2-0 contra Chile, su entrenador, el marqués Vicente del Bosque, se limitó a rascarse la nariz en la banca. En el medio tiempo, los jugadores españoles tuvieron una charla espontánea en el túnel durante la cual Iker Casillas, Andrés Iniesta y Sergio Ramos ofrecieron sus pensamientos. Uno sólo puede concluir que decidieron jugar sin táctica.

El deceso de España no es “el fin del tiki taka”. Italia y Chile juegan “tiki taka”. Sólo España no lo hace más. Ellos han jugado fútbol directo aquí. Desafortunadamente, lo han jugado terriblemente.

En los años de “tiki taka”, España cerró el espacio al dejar sólo cerca de 35 metros entre su jugador más adelantado y su último defensa. El efecto fue una muralla roja. Contra Chile, y en la derrota de 5-1 frente a Holanda, las distancias a veces parecían ser el doble. Esto se debió en parte a que los españoles ya no corren, y en parte a que abandonaron su filosofía “sin delantero” para colocar a Diego Costa como centro delantero. Al jugar tan adelantado, dejó una brecha a los contrincantes. El brasileño nacionalizado español jugó pobremente y se comportó de peor manera, pisoteando a los pequeños chilenos como un ogro de pantomima. En Twitter, un imitador de Diego Costa preguntó: “¿cuántas veces se puede cambiar la nacionalidad?”.

Iniesta y Xabi Alonso también estuvieron espantosos. Pero nadie igualó a Casillas. El capitán español se gana nuestro premio Mohammed al Deayea para el peor arquero, un galardón que lleva el nombre del muy extrañado (y frecuentemente perdido) veterano saudita. Casillas compulsivamente se tiró al suelo antes de tiempo, como si estuviera atajando borracho. De los trece tiros a su arco, dejó pasar siete. Arsenal debe estar aliviado de que no lo contrataron del Real Madrid antes del torneo. Ahora Leyton Orient se ve atractivo.

La humillación española agradó a los editores deportivos en todo el mundo. En el día en que el Rey Juan Carlos dejó el cargo, los diarios podían titular con “la abdicación española”.

España también abdicó su apodo de “La Roja”. Chile ha estado reclamando derechos previos al alias, con un popular video chileno online que dice: “hace algunos años, un equipo falto de identidad se apropió de nuestro nombre, nuestro corazón...”. La verdadera Roja es ahora indiscutiblemente Chile. Los españoles podrían incluso no necesitar un nuevo nombre. Ahora que España ha perdido sus últimos dos símbolos de unidad nacional en un día, los catalanes seguramente votarán por la independencia en el referendo no autorizado de noviembre.

Mientras el marqués miraba los minutos finales del partido desde la línea de banda, una sonrisa irónica apareció debajo de su bigote. Esa era la reacción correcta. El fiasco de España no es trágico. Es hilarante. Toda Copa Mundial necesita un payaso. Ahora lo que estamos buscando es un villano, una cenicienta y un nuevo campeón.

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