POR HUGH CARNEGY Y JAMES POLITI
PARÍS/ROMA
Desde abrir rutas de buses interurbanos a extender las horarios de atención los domingos, Francia reveló nuevos planes de desregulación en un esfuerzo por persuadir a los socios europeos escépticos que es serio sobre la reforma económica.
El anuncio coincidió con la entrega formal ayer del muy criticado presupuesto para 2015 a la Comisión Europea, que se espera que tome una visión sombría de un aplazamiento de dos años solicitado por París para cumplir con sus metas de defícit.
El presidente François Hollande espera evitar un potencial retroceso sobre el presupuesto al aumentar su compromiso a las reformas estructurales exigidas hace tiempo por Bruselas para superar el estancamiento en la segunda mayor economía de la zona euro.
Las nuevas medidas fueron diseñadas por el ministro de Economía Emmanuel Macron, un ex banquero de Rothschild, quien con el primer ministro Manuel Valls se ha convertido en el abanderado por la reforma.
"Europa está en dificultades, pero Francia está en incluso más dificultades", afirmó Macron. "Debemos elevar nuestro potencial de crecimiento. Francia necesita renovación y abrirse".
Las medidas que anunció cubren una relajación de la regulación en el sector transporte, retail, la profesión legal, el comercio farmacéutico, la odontología y pasos para aliviar los frenos sobre la cuota de propiedad de los empleados. "La complejidad es una enfermedad francesa, amamos las leyes, decretos y textos", aseguró.
Mientras él hacía su presentación, Italia, otro blanco de críticas presupuestarias, se estaba preparando para enviar su propia propuesta a Bruselas, una que incluía más recortes tributarios e inversiones que las esperadas y llevaría al país dentro de un margen escaso de las reglas de déficit de la UE.
El foco del erario, el primero desde que Matteo Renzi llegó al poder en febrero, es una mezcla de 18 mil millones de euros de recortes para empresas e individuos de menores ingresos que el primer ministro espera ayudará a darle nueva vida a la tercera economía del bloque, en medio de proyecciones de que se contraerá 0,3% este año.