Por James Kynge
El término “carry trade” suena inocuo, incluso benigno. Pero a medida que el dólar sigue subiendo, el flujo multibillonario de la divisa que ha llenado a los mercados emergentes arriesga revertirse, amenazando el crecimiento en gran parte del mundo en desarrollo, advirtieron analistas.
Los inversionistas que participan en el carry trade se endeudan en una moneda de bajo interés como el dólar para invertir en deuda doméstica de alto rendimiento de mercados emergentes. Pero la presión sobre el mecanismo de carry está aumentando, con un índice de divisas emergentes -el índice EMCI de JPMorgan- hundiéndose a su nivel más bajo contra el dólar en once años.
Los inversionistas podrían pronto decidir que sus pérdidas en el mercado cambiario eclipsan sus ganancias por el diferencial en las tasas, llevándolos a cortar la posición y salir. Si los participantes del mercado desenrollan su carry al unísono -vendiendo sus activos emergentes para comprar dólares- este proceso exacerbaría las condiciones de mercado de las que estaban huyendo.
Diversos analistas presienten el peligro. “Las estrategias de carry trade finalmente están agrietándose”, afirmó Luis Costa, estratega de divisa de Citi. “El mercado ha estado tan inundado de liquidez y las tasas de interés han estado tan bajas por tanto tiempo, pero esto está cambiando ahora”.
David Hauner, estratega de Bank of America Merrill Lynch, ve una larga corrección del mercado en el futuro. “Es muy claro que este no es el fin del carry trade para siempre, pero es una corrección”.
Los vientos en contra que están aniquilando el carry están siendo reforzados por una robusta perspectiva para el dólar causada por tres tendencias duraderas: la economía estadounidense está recuperando fuerza, alentando el atractivo de su moneda; la Reserva Federal terminará su programa de alivio cuantitativo en octubre, ajustando la liquidez de dólar; y, finalmente, el Banco Central Europeo se ha embarcado en una fase a favor del estímulo monetario, mejorando el panorama del dólar frente al euro.
Los efectos de un cambio en la confianza lejos de los mercados de bonos en divisa local ya es visible. El viernes, el índice de bonos de mercados emergentes en moneda local GBI de JPMorgan estaba casi 6% por debajo de su máximo en el año a fines de julio. Los rendimientos promedios han llegado a 6,69%, un alza desde el mínimo del año de 6,45% en julio.
La emisión de deuda en divisa local también se ha ralentizado, con sólo US$ 22 mil millones en bonos lanzados, comparado con un promedio mensual de US$ 62 mil millones en el último año, según cifras del Instituto de Finanza Internacional.
Dichos datos exponen la vulnerabilidad de diversos emergentes que dependen de los flujos de carry trade no sólo para mantener sus tasas bajas, sino también para financiar los déficit de cuenta corriente, proyectos de infraestructura y mantener a sus compañías con efectivo.