El Fondo Monetario Internacional haría sonar hoy las alarmas sobre el riesgo de deflación dentro de la eurozona y haría un llamado al Banco Central Europeo para que considere un alivio cuantitativo al estilo de EEUU, incluyendo compras de bonos soberanos a “gran escala” para estimular el crecimiento.
La advertencia, contenida en el borrador de la declaración final de la evaluación anual del FMI a la salud de la economía de la eurozona obtenida por Financial Times, amenaza con reabrir un tenso debate dentro de la UE sobre cómo responder al riesgo de una “década perdida” de crecimiento estancado al estilo de Japón.
La evaluación del FMI, que será presentada por la directora gerente Christine Lagarde a los ministros de Hacienda de la eurozona en Luxemburgo, le da el crédito a la UE por tomar “fuertes medidas de política” que “establecieron los fundamentos para la recuperación” después de la crisis de la eurozona. Pero también concluye que tanto los niveles de deuda y desempleo se mantienen demasiado altos y podrían impedir el regreso a un ritmo de crecimiento “robusto”. Aunque el Fondo le dio la bienvenida a las recientes medidas adoptadas por el BCE, que este mes tomó el paso sin precedentes de recortar una tasa de interés clave por debajo de cero y ofrecer hasta 400 mil millones de euros en créditos baratos a los bancos que acepten prestar a las pequeñas empresas, la entidad sugirió que esto podría no ser suficiente.
El borrador de la declaración del FMI señala que la “inflación de la eurozona en preocupantemente baja, incluso en los países del centro”, obstaculizando la demanda y el crecimiento. Si los precios siguen remontando lentamente, argumenta el FMI, el BCE debería considerar imitar a la Reserva Federal de EEUU, el Banco de Japón y el Banco de Inglaterra comprando bonos soberanos.
“Si la inflación se mantiene persistentemente baja, el BCE debería considerar un programa de compra de activos de gran escala, principalmente de activos soberanos acorde con el capital del BCE” señala la declaración. “Esto impulsaría la confianza, mejoraría los balances de las empresas y los hogares, y estimularía los préstamos de los bancos”.
En 0,5%, la inflación de la eurozona está muy lejos de la meta del BCE de “bajo, pero cerca de 2%”.