La brecha de ingresos entre las regiones metropolitanas más ricas y más pobres de Estados Unidos se amplió a un nivel récord, dando forma a una recuperación inmobiliaria desigual que amenaza con contener el resurgimiento de la mayor economía mundial.
La brecha se ha reducido y ampliado en ciclos pasados, pero el rebote de la crisis financiera más reciente ha visto crecer el ratio a su nivel más desigual desde que comenzaron a recopilarse los datos hace 45 años, alimentando los temores de las autoridades.
Datos de los Departamentos de Comercio y Trabajo para las 100 áreas metropolitanas más grandes por población mostraron que la disparidad de ingresos entre la décima región más cara y la que se ubica en el puesto 90, medidas por precios de las viviendas, llegó a su nivel más amplio desde que comenzaron los registros en 1969.
La investigación, analizada para Financial Times por el sitio de propiedades Trulia, muestra que Boston, que se ubica en el décimo lugar, reportó un ingreso per cápita 1,61 veces mayor que el de Cincinnati, en el lugar 90. En su punto más bajo en 1976, la brecha era 1,36 veces, entre San Francisco y El Paso.
Una recuperación desequilibrada del mercado laboral ha provocado variaciones en el crecimiento de los empleos y los ingresos en todo EEUU, lo que a su vez ha intensificado las divergencias en los mercados inmobiliarios.
El economista de Fannie Mae Mark Palim afirmó: “los mercados inmobiliarios tiene velocidades muy diferentes, en parte como resultado de la falta de amplitud geográfica del mercado laboral. “Ciertos sectores de la economía tienen un mejor desempeño que otros, impulsando a algunos mercados inmobiliarios por sobre otros”.
Algunas áreas están experimentando condiciones de burbuja, otras apenas sobreviven. En Austin, Texas, un alza en los empleos tecnológicos está impulsando la demanda. Sin embargo, en Akron, Ohio, que sufre problemas para impulsar el empleo a través de una nueva base de manufacturas, las compras de viviendas han estado más débiles. En Sacramento, California, los ansiosos compradores aguardan al margen.
El rebote en la construcción ha estado concentrado en zonas del país donde los ingresos son más altos. Los economistas ven la actividad de la construcción como un mejor barómetro del mercado inmobiliario que los precios.