Los líderes de centroizquierda de Europa están haciendo presión de última hora para asegurar su parte en los puestos de más alto perfil en la Unión Europea (UE), en medio de un creciente consenso de que el premio mayor, la presidencia de la Comisión Europea, irá a un demócrata cristiano de centroderecha, Jean-Claude Juncker, de Luxemburgo.
Los ocho líderes socialistas y socialdemócratas de la UE acordaron en París el fin de semana ir tras los dos puestos restantes: la presidencia del Consejo Europeo, actualmente en manos de Herman Van Rompuy- y el alto representante de la UE, o jefe de política exterior.
El plan, según cercanos a la discusión, es que los socialistas aseguren el derecho de llenar esos puestos con sus propios candidatos a cambio de apoyar a Juncker. Pese que no se han revelado nombres, y es poco probable que se haga oficial en la reunión de líderes de la UE esta semana, Helle Thorning-Schmidt, el primer ministro social demócrata de Dinamarca, es considerado como el principal candidato de los socialistas para suceder a Van Rompuy.
Los social demócratas que son más mencionados para llenar el puesto de política exterior, hoy a cargo de la británica Catherine Ashton, son el canciller holandés Frans Timmermans y Federica Mogherini, su par italiana.
La jugada de los socialistas es parte de una repartición más amplia entre los dos partidos más grandes de la UE tras las elecciones del Parlamento el mes pasado, en las cuales el Partido Popular Europeo de centroderecha surgió como el gran ganador. Pero los socialistas perdieron menos asientos y terminaron en un cerrado segundo lugar, llevando a muchos a creer que deberían tener una proporción justa de los puestos de mayor perfil.
“Creemos fuertemente que un social demócrata deberían ser nombrado alto representante y que la presidencia del consejo también debería ir para los socialistas europeos”, comentó un funcionario italiano cercano al primer ministro Matteo Renzi, cuyo Partido Democrático es ahora la delegación más grande de centroizquierda en el Parlamento Europeo.
La coalición de gobierno británica, que no pertenece a ninguno de los grupos y Se opone implacablemente Al nombramiento de Juncker, está al margen.
David Cameron, el primer ministro británico, desafió ayer a los líderes que lo superaran en votos y sigan adelante con la designación de Juncker en medio de nuevas advertencias de que podría acercar al Reino Unido a salir de la UE.
Cameron dijo a Van Rompuy que quería que la nominación de Juncker marcara un voto sin precedentes y que estaba preparado para estar aislado en su oposición.
Downing Street comentó que Cameron advirtió que si los líderes de la UE acataban las demandas del Parlamento para el nombramiento de Juncker, marcaría un “paso irreversible” en que los líderes electos europeos entregan sus poderes a los diputados.