Por sam jones y roman olearchyk
Kiev
Rusia ha aumentado de manera brusca el número de tropas y vehículos en su frontera con Ucrania en los últimos días, elevando los temores de una invasión para detener los recientes avances del Ejército ucraniano contra los separatistas pro rusos.
Moscú tiene cerca de 20 mil tropas desplegadas en formaciones listas para la batalla en la frontera, según altos funcionarios militares de la OTAN, significativamente más que los 15 mil funcionarios de EEUU que supuestamente estaban desplegados ahí la semana pasada.
Si bien el número está aún muy por debajo de las 40 mil tropas rusas desplegadas cerca de Ucrania en abril, el fuerte salto en sólo unos pocos días ha sido una razón para una preocupación significativa entre los poderes militares occidentales.
Según miembros estadounidenses, los despliegues rusos también están mucho más cerca de la frontera ucraniana –dentro de 50 kilómetros– respecto de instancias previas.
Los batallones que han sido desplegados son predominantemente aquellos que han estado en la vanguardia de un programa de modernización de gran alcance llevado a cabo por las Fuerzas Armadas rusas en años recientes y están entre los mejor equipados y entrenados del Ejército. Ellos incluyen las fuerzas especiales spetsnaz, brigadas armadas y unidades de artillería y antiaéreas.
Las tropas están esparcidas en toda la longitud de la frontera con Ucrania. Al igual que con despliegues rusos previos en la zona, el Kremlin ha sido cuidadoso en asegurar que ninguna concentración fuera de base exceda un límite de 9 mil estipulado bajo el Memorando de Budapest de 1994 y la ley constituyente entre la OTAN y Rusia sobre relaciones mutuas de 1997.
Ucrania llamó ayer a Rusia a detener su desarrollo de fuerzas en la frontera a medida que los temores crecieron sobre que Rusia podría invadir para evitar que el avance del Ejército de su vecino del sur liquide a los separatistas pro rusos cada vez más cercados y atrapados en las ciudades más grandes del este del país antes de un enfrentamiento final.
“Ucrania considera la conducción de tales ejercicios militares sin precedentes en la frontera con Ucrania como una provocación”, afirmó el coronel Andriy Lysenko, un vocero del ejército ucraniano.
Durante semanas, los funcionarios rusos han insinuado la necesidad del despliegue de fuerzas de paz en Ucrania del este para detener la matanza entre los civiles, pero que Kiev cataloga como un pretexto para la intervención rusa directa en el conflicto.
Acusado por Kiev y el oeste de aportar con rebeldes y armas pesadas a los militantes separatistas, Rusia ha explicado el fortalecimiento militar de la frontera como ejercicios de entrenamiento.
Kiev afirma que hay unos 15.000 militantes separatistas en el este de Ucrania a los que se les estaría suministrando armamento pesado por parte de Moscú, incluyendo el misil Buk tierra-aire de Estados Unidos y la Unión Europea que se utilizó para derribar el avión de Malaysia Airlines el mes pasado, matando a todos los 298 a bordo.
Kiev también ha acusado en repetidas ocasiones a las fuerzas de Moscú estacionadas en la frontera de disparar artillería y misiles tierra-tierra a las tropas locales desde territorio ruso.
Este tipo de ataques y los temores de que Rusia pudiera contemplar una incursión militar completa han aumentado en las últimas semanas cuando las fuerzas armadas de Ucrania han hecho avances contra los rebeldes.
Petro Poroshenko, el nuevo presidente de Ucrania, elogió a las Fuerzas Armadas del país por sus esfuerzos “heroicos” de las últimas semanas para liberar tres cuartas partes de las regiones de Donetsk y Lugansk, anteriormente en manos de militantes separatistas.
Lysenko afirmó que las fuerzas ucranianas se estaban sometiendo a “importantes preparativos” para liberar a las dos capitales más grandes de las regiones separatistas del este: Donetsk, con una población de 1 millón, y Lugansk, con unos 400.000. Asimismo, hizo hincapié en que se harían esfuerzos para reducir al mínimo las bajas civiles, así como los daños en infraestructura, pero se negó a dar detalles de la operación.
Rusia dijo que la situación en el este de Ucrania se encontraba al borde de una “catástrofe humanitaria”, y que había estado en conversaciones con las agencias de ayuda para coordinar una respuesta. En tanto, la agencia de refugiados de la ONU sostuvo ayer que 117.000 personas fueron desplazadas en el interior de Ucrania.
Moscú prohibiría el acceso a su espacio aéreo en respuesta a las sanciones impuestas por la UE
POR KATHRIN HILLE MOSCÚ
El presidente de Rusia, Vladimir Putin, ordenó a su gobierno establecer medidas de represalia como contraataque frente a las sanciones de Occidente en medio de señales de que Moscú está considerando una prohibición para las aerolíneas occidentales que usen espacio aéreo ruso. Su promesa llegó en medio de nuevas tensiones geopolíticas por Ucrania, con Moscú demandando "una misión humanitaria internacional" para el este del país donde las fuerzas ucranianas están buscando terminar con la rebelión pro rusa. Rusia convocó a una reunión de emergencia en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas para discutir el tema. Kiev teme que Moscú invoque una crisis humanitaria para enviar tropas como mediadores de paz. En sus primeros comentarios sobre las medidas prohibitivas más amplias impuestas por Estados Unidos y la Unión Europa contra Rusia en las últimas dos semanas, Putin afirmó que le ha dicho a su gobierno que prepare medidas de represalia. "Por supuesto, deberá hacerse con mucho cuidado para apoyar a los productores locales, pero sin herir a los consumidores". El diario financiero de Rusia Vedomosti reportó que Moscú estaba considerando interponer una prohibición a las aerolíneas que viajen sobre el espacio aéreo de Rusia a destinos asiáticos. Vedomosti, propiedad de Financial Times y Wall Street Journal, reportó que los funcionarios rusos estaban considerando o limitar el número de rutas transiberianas que las aerolíneas europeas pueden usar o derechamente prohibir que las líneas europeas tengan acceso a rutas transiberianas. Cualquier restricción podría causar un retroceso en el acuerdo entre Moscú y las aerolíneas europeas, que data de los años '70. Este ha permitido a las aerolíneas ahorrar hasta US$ 30.000 en combustible y cobros en cada ruta y reducir hasta 4.000 kilómetros en cada viaje, de acuerdo con la Agencia de Transporte Federal Aéreo de Rusia.