Un “sí” en el referendo escocés impulsaría la propia campaña de independencia de Cataluña, allanando el terreno para que obtenga el reconocimiento internacional y siga formando parte de la Unión Europea, según explica el líder catalán.
En una entrevista en Barcelona, Artur Mas, el presidente de la comunidad autónoma española que quiere celebrar su propio referendo de independencia el 9 de noviembre, declara: “el primer [factor] será la reacción de los líderes europeos. Estoy seguro de que aceptarán el resultado del referendo escocés. El segundo es que las negociaciones entre Edimburgo, Londres y Bruselas para mantener a Escocia dentro de la UE darán comienzo muy deprisa. Ambos factores son muy importantes para Cataluña”.
La región española utiliza el referendo escocés como precedente para su lucha con Madrid, y ha instado al gobierno a que siga el ejemplo de Reino Unido y permita una votación sobre el futuro político de la región.
Sin embargo, el gobierno español insiste en que un referendo es ilegal, y ha prometido hacer uso de todos sus poderes para evitar el plebiscito. “La única reacción de Madrid es decir ‘no’ a todo”, comenta Mas, que contrastó el enfoque de Londres con el del gobierno español, y acusó a Madrid de “poner en riesgo la democracia”.
Al ser consultado por el costo económico de la separación de España, el líder catalán reconoció que “cualquier proceso de independencia tiene su costo”.
Pero acentuó la buena disposición de la región a negociar una transición poco conflictiva: “entendemos que tenemos que corresponsabilizarnos de una parte significativa de la deuda española. También tenemos que compartir una parte significativa de los activos españoles... y de las pensiones”.
Pese a la reacción negativa de los inversionistas al reciente giro en los sondeos escoceses, Mas insistió en que los inversionistas se adaptarían deprisa a un “sí” y a la creación de un Estado independiente: “una vez que la independencia es una realidad, todos los actores de la economía se acomodan a la nueva situación”.
Sin embargo, el líder catalán reconoció que el proceso podría chocar con la oposición del Tribunal Constitucional, que se prevé que emita un fallo sobre la legalidad de referendo en las próximas semanas.
Fuertes presiones
Mas sufre fuertes presiones de algunos de sus aliados y de un poderoso movimiento de la sociedad civil para que celebre el plebiscito sea cual sea la decisión del tribunal. Mas se encuentra ante una difícil situación, ya que tiene que sopesar las presiones internas contra la reticencia a ofender a los gobiernos internacionales.
Señaló que el referendo exigía “todas las garantías democráticas” y que la comunidad internacional tenía que considerarlo “justo”, lo que sugiere que no desea guiar al gobierno catalán a un desafío abierto contra Madrid.
Los analistas creen que Mas al final decidirá convocar unas elecciones anticipadas en lugar de un referendo, para dar a los catalanes la oportunidad de manifestar su apoyo a la independencia votando a favor de los partidos independentistas. El líder catalán aseguró que “siempre hay formas alternativas para votar. Nuestro único objetivo es votar”.