El director ejecutivo del Fondo Monetario Internacional
(FMI), Dominique Strauss-Kahn, está defraudado por cómo se están aplicando en
la práctica los acuerdos para hacer frente a la crisis que salieron de la
cumbre del G-20 celebrada en Washington en noviembre.
En un artículo publicado hoy por "Les Echos" sobre
la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de los países del G20 el 15 de
noviembre, Strauss-Kahn subraya que "un único problema, pero de peso, es
que la puesta en práctica desde que se celebró como mínimo deja que
desear".
"Y es por tanto ahí donde se juega tanto la salida de
la crisis como el futuro de la gestión mundial", añade el "número
uno" del FMI, que estas últimas semanas no ha dejado de advertir sobre la
insuficiencia de los planes de reactivación económica que han presentado los
gobiernos.
Gravedad de la situación
Strauss-Kahn estima que en Washington todos los
participantes tenían "conciencia de la gravedad de la situación" y
fueron favorables a "un relanzamiento presupuestario poderoso y a una
profunda reforma de la regulación financiera".
El director ejecutivo recuerda que, de entrada, el G20 podía
plantear problemas como instancia para abordar la crisis económica
En ese sentido se felicita de que el texto del compromiso
final elaborado en esa cumbre tenía "más decisiones que todos los
comunicados emitidos desde el comienzo de la crisis", aunque a
continuación muestre su desaliento porque no se hayan concretado en hechos.
El director ejecutivo recuerda que, de entrada, el G-20 podía
plantear problemas como instancia para abordar la crisis económica, ya que si
por una parte el número de miembros es excesivo para que pueda haber
intercambios directos y espontáneos, también sufre de una falta de
"legitimidad", ya que en ella no está representada un 40% de la
población mundial.