La actual crisis financiera,
que ha impreso "una volatilidad que impresiona" a los mercados
mundiales, es de tal magnitud que afectará a los créditos
internacionales agrícolas, señaló José Graziano da
Siolva, representante de la FAO en América Latina y el Caribe.
"Esta crisis es un impacto global en la que todos están afectados
y todos han sido sorprendidos", subrayó Graziano da Silva.
Graziano da Silva, que subrayó que la desnutrición afecta a 923
millones de personas en el mundo, de las que 51 millones
corresponden a América Latina y el Caribe, se manifestó preocupado
por lo que pueda ocurrir con los créditos que la banca otorga al
sector agrícola.
"La crisis impacta, además, por la magnitud. Las variaciones son
de una magnitud a la que los países no estaban acostumbrados, más
aún cuando se vivía una estabilidad monetaria y financiera desde
después de los años ochenta, con un crédito abundante y barato",
añadió el representante de la FAO.
"Ojalá (la crisis) no afecte líneas de créditos del comercio
internacional, porque son importantes para el crecimiento del sector
productor agrícola, especialmente en América Latina. Esta región
depende mucho del sector exportador para su crecimiento interno", señaló.
Graziano da Silva destacó que la crisis dejó una lección en el
planeta, que es "la rapidez con que se estableció la coordinación
entre los países, en la dirección correcta y sin la intervención de
terceros, como las instituciones internacionales", indicó.
Hizo un reconocimiento a los gobiernos de la región "que supieron
asumir con rapidez la situación y se dieron cuenta de que la
seguridad alimentaria era un tema que había que institucionalizar",
aunque reconoció que es difícil adelantar lo que vaya a pasar más
adelante.
Respecto de la producción de bio combustibles, Graziano da Silva
aseguró que ello no ha afectado la producción ni la entrega de
alimentos en la región, fundamentalmente porque Brasil es el país
que más utiliza este sistema "y a Brasil le sobra tierra para
sembrar".
Afirmó que la celebración del Día Mundial de la Alimentación, que
se realizará este 16 de octubre, se llevará a cabo en un momento
crítico para la seguridad alimentaria mundial, ya que según cifras
estimativas en 2007 el número de hambrientos en el mundo se elevó en
75 millones, para totalizar 923 millones, tras el alza de los
precios de los alimentos.
Explicó que después que el número de personas con hambre en
América Latina y el Caribe bajó de 53 a 45 millones entre 1990 y
2006, la cifra nuevamente ha subido a 51 millones tras las alzas en
los precios de los alimentos.
"Ello, ciertamente, dificulta el cumplimiento del compromiso
asumido en la Cumbre Mundial de la Alimentación de reducir a la
mitad el número de personas mal alimentadas en el mundo", sostuvo.
Según el representante regional de la FAO, uno de cada diez
habitantes sufre desnutrición en América Latina, donde reducir el
hambre a la mitad para el año 2015, uno de los Objetivos del Milenio
suscritos por 191 países, requerirá que cada año tres millones de
personas dejen de vivir en la miseria.
"Sin duda que la actual crisis financiera que sufre el mundo ha
puesto cuesta arriba el deseo de muchos gobiernos de reducir el
hambre en sus países", añadió.