El Grupo de los Siete (G7) anunció hoy
un plan de acción contra la crisis financiera, que incluye el uso de
"todas las herramientas disponibles" para evitar la quiebra de
bancos importantes, tras una reunión en Washington.
En un breve comunicado, el grupo conformado por los ministros de Finanzas de Francia, Alemania, Italia, Japón, Reino Unido, Estados Unidos y Canadá, señaló que continuará trabajando en conjunto para estabilizar los mercados financieros y restaurar los flujos de crédito, aunque no indicó medidas específicas.
"La situación actual requiere acciones urgentes y excepcionales", dijeron los funcionarios.
En su plan de acción de cinco puntos, el G7 se comprometió a
"tomar medidas decisivas y a usar todas las herramientas
disponibles" para apoyar a los bancos de importancia para todo el
sistema financiero y a evitar su colapso.
Las siete naciones también prometieron "tomar todos los pasos
necesarios" para hacer que fluya de nuevo el crédito y funcionen los
mercados monetarios, de forma que los bancos tengan un acceso
"amplio" a financiación.
El tercer punto del programa establece que los Gobiernos se
asegurarán de que los bancos puedan obtener suficiente capital de
fuentes públicas y privadas para restablecer la confianza y poder
prestar a consumidores y empresas.
La cuarta medida consiste en asegurar que las garantías de los
depósitos sean "robustas y consistentes".
Por último, el G7 se comprometió a "tomar medidas, si es
apropiado, para reactivar los mercados secundarios de hipotecas y
otros activos titulizados".
El comunicado del Grupo enfatiza que el plan debe proteger al
contribuyente y evitar efectos perjudiciales potenciales en otros
países.
Además, el G7 señaló que respaldará "enérgicamente" al Fondo
Monetario Internacional (FMI) en su tarea de ayudar a los países
afectados por la crisis. El G7 dijo estar comprometido con la reforma del sistema
financiero internacional y afirmó que fortalecerá su cooperación
conjunta y el trabajo con otras naciones para poner en marcha el
plan anunciado hoy.
El Grupo se reunió tras una semana de pesadilla en las bolsas
mundiales, que registraron caídas históricas ante la inminencia de
una recesión en muchos países desarrollados, incluido Estados
Unidos, y la falta de confianza en el sistema financiero.