Empieza a definirse la carrera presidencial en Colombia
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A diez meses de la elección presidencial en Colombia, programada para el 27 de mayo de 2018, parece que postulará un gran número de candidatos. Esto hace que sea improbable que cualquier candidato se asegure el mínimo de un 50% más uno de los votos necesarios para ganar en la primera vuelta, forzando a una segunda vuelta a mediados de junio. La EIU sigue previendo que el ex vicepresidente Germán Vargas Lleras se convertirá en el próximo presidente, entregando una relativa continuidad a las políticas de la actual administración de Juan Manuel Santos. Sin embargo, existen riesgos a nuestro pronóstico que podrían llevar a la victoria de un independiente.
Las principales fuerzas políticas aún no han seleccionado a sus nominados y la fecha límite es marzo de 2018. Su fracaso en hacerlo es tanto estratégico como el resultado de divisiones internas. Los partidos que probablemente presenten un candidato en la elección presidencial son: Cambio Radical (CR, de Vargas Lleras), de derecha; el Partido Liberal (PL), de centroizquierda; el Partido Conservador (PC), de centroderecha; el Partido Verde, de centroizquierda; el Polo Democrático Alternativo (PDA), de izquierda; y Centro Democrático, de centroderecha. Es probable que algunas otras fuerzas políticas apoyen las ambiciones de candidatos independientes, incluyendo a Gustavo Petro, de izquierda, el controvertido exalcalde de la capital, Bogotá.
El PDA es el único partido que ha elegido a su nominado, Jorge Robledo, un senador respetado. El CR y CD –el último siendo el único partido que se opone abiertamente a las políticas de Santos- probablemente escoja a sus abanderados antes de fin de año. El PL, PC y PV (todos parte de la coalición de Santos en el Congreso) lo harán realizando primarias, que probablemente se hagan a la par de las elecciones parlamentarias del 11 de marzo.
Vargas Lleras lidera
Vargas Lleras ha estado liderando muchas encuestas recientes, con entre un 15% y un 20% de apoyo. Sin embargo, un alto porcentaje de votantes todavía está indeciso (20% a 40%) y dos independientes, Petro y Sergio Fajardo, de izquierda, se acercan a Vargas Lleras en algunos sondeos.
Asumimos que las preocupaciones por la implementación del proceso de paz con las FARC y un débil crecimiento económico serán los temas dominantes en la carrera presidencial; esto colocará a Vargas Lleras en una posición de ventaja. Pese a que fue el vicepresidente de Santos hasta mediados de marzo, Vargas Lleras ha sido capaz de distanciarse a sí mismo del presidente, cuyos niveles de popularidad se han desplomado. Él es conocido por ser menos entusiasta sobre el proceso de paz con las FARC –la política estrella, aunque controvertida, de Santos- y esto lo ha ayudado a mantener su imagen como un duro activista antiguerrilla. Además, sus logros en liderar el programa de infraestructura de Santos han impulsado sus credenciales como un administrador efectivo. Será capaz, por lo tanto, de mostrarse a sí mismo como el mejor candidato para enmendar algunas fallas en la implementación de los acuerdos de paz y revivir el crecimiento.
Sin embargo, una serie de factores podrían dañar sus opciones electorales. Recientemente sufrió un golpe tras la divulgación de un video en el cual enfrentaba un incidente menor entre uno de sus guardaespaldas y un civil. El video lo mostró como arrogante e intolerante. Aun cuando él es considerado como honesto, ha recibido fuertes críticas por la asociación cercana de su partido con políticos que han sido investigados por mala conducta, incluyendo a algunos que cumplieron o están cumpliendo penas de cárcel. Si la corrupción se transforma en un tema dominante en la campaña, Vargas Lleras llevará la carga de representar al establishment, que generalmente es percibido como corrupto.
Rol de independientes
Fajardo y Petro postularán como independientes, y nuestro pronóstico es que uno de ellos competirá contra Vargas Lleras en una segunda vuelta. Fajardo parece ser el contendiente más fuerte. Se beneficiará del prestigio que obtuvo como un exitoso alcalde de Medellín y, después, como gobernador de Antioquia. Dada su imagen de tecnócrata, y su experiencia como profesor y campeón de políticas de educación, podría estar en la mejor posición para ganar si la corrupción y los temas sociales ganan protagonismo en la campaña. Las mayores debilidades de Fajardo son su falta de acceso a la maquinaria electoral de los partidos tradicionales, y la percepción de que no tiene experiencia suficiente en asuntos internacionales.
El apoyo a Petro está relacionado con los altos niveles de polarización política en el país. El controvertido exalcalde de Bogotá ha sido capaz de atraer a los votantes que, mientras demandan mejores condiciones sociales y un enfoque consensuado al manejo de las guerrillas y otros temas de seguridad, son atraídos a la imagen populista y antiestablishment de Petro. Sin embargo, sus posibilidades se verán dañadas por el temor entre los colombianos más centristas y conservadores de que el ex miembro del grupo guerrillero M19 establezca un modelo socialista en Colombia.
Pese a la popularidad de su fundador, el actual senador y expresidente (2002-2010) Álvaro Uribe, es poco probable que el CD produzca un contendor lo suficientemente fuerte como para pasar a segunda vuelta. Un candidato probable por del CD es Iván Duque, un senador, pero un apoyo más amplio por su opción se verá entorpecido por su relativa inexperiencia en asuntos de Estado. Un candidato más conocido sería Óscar Iván Zuluaga, quien postuló a la presidencia en la última elección, pero enfrenta una investigación por financiamiento de campaña.
Es poco probable que el Partido Social de Unidad Nacional (Partido de La U), de centro derecha, el partido de Santos y alguna vez la mayor fuerza política de Colombia, juegue un rol importante en la elección.
A menos que Petro o un contendiente del CD accedan al poder, esperamos que la próxima administración entregue una continuidad de las políticas de Santos. Vargas Lleras podría introducir algunos cambios menores a los acuerdos con las FARC y sería menos entusiasta en implementarlos, pero no hará cambios radicales. Una administración de Fajardo preservaría los acuerdos de paz sin cambios, y probablemente los implementaría más rápido. Vargas Lleras, Fajardo o un presidente del CD implementarían políticas amigables con las empresas, mientras que un gobierno de Petro favorecería una mayor intervención estatal.
Pese a que es poco probable que el CD gane la presidencia, probablemente aumente su presencia en el Congreso (actualmente tiene 40 de los 268 legisladores) a medida que atrae votantes desilusionados con el Partido de La U y el PC. Eso complicaría la aprobación de las iniciativas del próximo gobierno en el Congreso que asume en julio de 2018. Sin embargo, nuestro escenario base es que Uribe y Vargas Lleras serán capaces de colocar sus diferencias personales a un costado y que el CD apoyará a Vargas Lleras en la elección y a su agenda en el Congreso.