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¿Cuba Libre? Se inicia la temporada electoral en la isla

A pesar de un cambio en la estrategia, los disidentes no pueden aspirar a una victoria en el mediano plazo.

Por: | Publicado: Lunes 2 de octubre de 2017 a las 04:00 hrs.
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La primera ronda de la temporada electoral en Cuba –las elecciones municipales- se realizarán el 26 de noviembre. Eso dará inicio a un proceso de varias rondas de votación que culminará con el traspaso de la autoridad presidencial a principios del próximo año. Aunque algunos de los aspectos del proceso de elección son democráticos, hay limitaciones severas. A pesar de un ambiente económico difícil, la EIU espera una continuidad política.

Cuba se describe como una “democracia participativa” y, al menos formalmente, varios aspectos del proceso electoral cubano son democráticos, en especial a nivel municipal. Aunque el Partido Comunista de Cuba (PCC) es el único legal en el país, cualquier cubano –independientemente de si es miembro del partido- puede postular a un cargo. Otros aspectos democráticos incluyen un sistema automático de registro del votante, la votación secreta y un recuento de votos relativamente transparente.

Sin embargo, muchos aspectos del sistema electoral están muy lejos de las normas democráticas. Hacer campaña está prohibido por ley. Los cubanos no tienen opciones al votar por los delegados para la Asamblea Nacional. Los candidatos son revisados por varias “organizaciones masivas” controladas por el Estado cubano, y sólo un candidato aparece en la papeleta del votante, que este puede aceptar o rechazar.

Los cubanos tampoco eligen al presidente directamente. En cambio, es votado por los (pre-elegidos) delegados de la Asamblea Nacional. Es más, aunque la Asamblea Nacional es nominalmente el “órgano supremo del poder estatal” (según la Constitución cubana), en realidad el poder está concentrado en el Ejecutivo. La Asamblea Nacional se reúne sólo dos veces al año y no es más que un parlamento que autoriza de forma rutinaria sin cuestionamientos: desde su fundación en 1976, la Asamblea Nacional ha aprobado cada proyecto de ley unánimemente.

Cambo de estrategia

Los disidentes en Cuba tradicionalmente han boicoteado las elecciones, citando la falta de normas democráticas, aunque esta estrategia ha empezado a cambiar en los años recientes.

En las últimas elecciones municipales en 2015, dos disidentes decidieron postular. Ambos fueron incluidos en las papeletas, pero fueron derrotados por los candidatos del establishment. Un récord de 170 candidatos opositores están intentando participar en las elecciones de noviembre.

Sin embargo, aunque cada candidato opositor fuese elegido, no serían capaces de ejercer muchos cambios, ya que sus números son demasiado pequeños en comparación con un total de más de 12 mil delegados municipales. Por ahora, lo mejor a lo que puede aspirar realísticamente la oposición es a una victoria “en un juego largo”, para aumentar el reconocimiento de sus nombres y continuar presentándose como una alternativa a la hegemonía del PCC.

Continuidad

Las elecciones llegan en momentos en que Cuba está en una encrucijada. El país enfrenta enormes desafíos económicos en respuesta a la caída en la ayuda desde Venezuela, además de apoyar la recuperación del huracán Irma, que golpeó a la isla en septiembre. Dados estos desafíos, corregimos nuestro pronóstico para incluir un segundo año de contracción en 2017.

Pero, a pesar de estos desafíos, esperamos que el PCC administre cuidadosamente la transición política a un nuevo liderazgo en 2018. Esperamos que la Asamblea Nacional elija al primer vicepresidente, Miguel Díaz-Canel, como el sucesor de Raúl Castro en la presidencia. Díaz-Canel representará continuidad en el corto plazo, ya que estará limitado por varios controles institucionales, uno de ellos será la presencia continua de Castro como líder del PCC y probablemente de las Fuerzas Armadas.

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