El primer ministro del Reino Unido,
Gordon Brown, expondrá mañana en la cumbre de la UE los pilares que,
en su opinión, deben sostener el sistema financiero "de la nueva era
global", que ha de construirse sobre "la transparencia y la
responsabilidad".
En un encuentro con la prensa extranjera en Londres, en vísperas
de la reunión de jefes de Estado y de Gobierno en Bruselas, Brown
expuso lo que llamó la "Segunda fase" de la estrategia coordinada
internacionalmente para hacer frente a la crisis financiera.
La "Fase 1", que ya ha empezado a aplicarse, consistía en
rescatar al sistema bancario para evitar su total descalabro, con
una acción a tres bandas que incluye "la inyección de liquidez por
parte de los bancos centrales, la recapitalización de las entidades
y la reanudación de los préstamos a medio plazo con la garantía del
Gobierno".
Brown señaló que estos esfuerzos -aunque su efecto completo no
vaya a notarse hasta dentro de un tiempo- son necesarios para
restaurar la actividad comercial normal, como la concesión de
hipotecas y financiación de pequeñas empresas.
La "Fase 2", que Brown quiere acordar con sus colegas europeos,
aspira a "restaurar la confianza en los sistemas financiero y
bancario globales" y demostrar a los ciudadanos que "se han abordado
los problemas que causaron la crisis en primer lugar".
"Estamos en la primera crisis financiera de la era global",
insistió Brown, quien advirtió de que el reto es "mayor que nunca".
Para fundar el sistema del futuro, es necesario "reconocer" que
en un mundo globalizado donde los flujos de capital también lo son,
"si los riesgos son globalizados, también tienen que serlo las
responsabilidades", y debe haber "coordinación y supervisión".
La "segunda fase" de la reconstrucción del sistema propuesta por
el Gobierno británico incluye cinco principios.
Primero, hay que tomar medidas para garantizar la transparencia,
lo que implica introducir un mecanismo contable internacional y
exigir apertura a las empresas.
La transparencia debe extenderse también a los mercados,
"incluido el de las aseguradoras de crédito, de miles de millones de
dólares", que ahora "debe desempeñar un papel central en transferir
el riesgo", dijo.
En segundo lugar, en el nuevo sistema debe haber "integridad", lo
que significa eliminar los "conflictos de intereses" como los que
tienen las agencias de calificación del riesgo, que a menudo
"valoran a las mismas empresas que asesoran", señaló.
Esto se aplica al sistema de remuneración -añadió-, que debe
premiar el éxito a largo plazo.
Es importante, como tercer pilar, la "responsabilidad", que los
directivos de las empresas tengan "la experiencia necesaria para
gestionar el riesgo y no eludan su responsabilidad", para lo que
debe haber supervisión.
En este sentido, propuso la creación de un colegio de
supervisores para hacer un seguimiento de las principales compañías
internacionales en el Reino Unido, y calculó que habrá 30 incluidas
en el plan para Navidad.
Como cuarto principio, hay que introducir un marco regulador que
asegure una buena práctica bancaria, que el sistema tenga solvencia
y liquidez, "para prevenir burbujas en los mercados".
Finalmente, hay que reforzar la cooperación internacional, y
reformar las instituciones financieras del siglo pasado, como el
FMI, para que haya un mecanismo de alerta preventivo, estándares
globales de regulación y más control transfronterizo.