El Gobierno de Australia
gastará 10.400 millones de dólares australianos en los próximos dos
años (US$7.280 millones estadounidenses, al cambio de hoy)
para fortalecer la economía nacional respecto a la crisis económica
global.
El fondo tiene por objeto proteger a Australia "ante la peor
crisis financiera global desde la Gran Depresión", dijo el primer
ministro, Kevin Rudd, en conferencia de prensa.
Rudd aseguró que el presupuesto federal se mantendrá en superávit
y explicó que la inversión anunciada hoy equivale al 1% del Producto Interior Bruto, aunque se resistió a revelar las nuevas
previsiones de crecimiento económico y de desempleo.
"Si algo hay que aprender de la historia económica es que cuando
las economías necesitan apoyo, los gobiernos no se pueden demorar
hasta que sea demasiado tarde", indicó el líder australiano.
Por su parte, el ministro del Tesoro, Wayne Swan, que adelantó su
regreso desde Washington, donde ha participado en la reunión del
G20; señaló que, diez años después de la crisis asiática, los
líderes mundiales no han logrado aplicar las reformas fundamentales
en el sistema financiero.
Swan opinó que "es muy importante entender que el mundo ha
cambiado de forma dramática en las últimas dos semanas".
Los mayores beneficiarios de la medida anunciada hoy por Canberra
serán los pensionistas, las familias con rentas bajas, y los
compradores de su primera vivienda, según explicaron Rudd y Swan.
El plan prevé dedicar 4.800 millones de dólares locales (US$3.360
millones estadounidenses) en ayudas a los pensionistas, a
partir del 8 de diciembre.
La partida dedicada a las familias con rentas medias y bajas
alcanzará los 3.900 millones de dólares australianos (US$2.730 millones
estadounidenses).
Además, un total de 3,9 millones de familias tendrán derecho a
recibir una subvención de 1.000 dólares australianos (US$700
estadounidenses) por cada hijo dependiente.
La ayuda para los ciudadanos que compren su primera vivienda, que
ahora mismo asciende a los 7.000 dólares locales (US$4.900 estadounidenses), se doblará para los que adquieran una vivienda
usada, y triplicará para los que se hagan con una vivienda de nueva
construcción.
Finalmente, el Gobierno dedicará 187 millones de dólares
australianos (US$130 millones estadounidenses) a crear
56.000 nuevas plazas de formación profesional en los próximos nueve
meses.
Rudd añadió que, además de estas medidas de urgencia, el Gobierno
acelerará el "plan de construcción nacional", que permitirá edificar
nuevas infraestructuras de educación, hospitales y transporte, en
2009.