La crisis griega podría tener esta semana su último acto. Atenas afrontó ayer dos citas clave para su futuro y, por primera vez en meses de tira y afloja, la bruma e incertidumbre que han caracterizado las conversaciones entre el gobierno heleno y sus acreedores internacionales tomó ayer un tinte optimista alentando esperanzas de lograr un acuerdo que desbloquee el tramo de rescate por 7.200 millones de euros que impida la bancarrota del país y su salida del euro. Grecia tiene que pagar al Fondo Monetario Internacional 1.600 millones de euros a fines de este mes y, sin la ayuda de sus socios europeos, es probable que incumpla el pago.
Punto de partida
Si bien la reunión del Eurogrupo de primera hora del día se saldó sin acuerdo, el gobierno griego logró entregar una batería de propuestas de reforma que, a criterio de los socios europeos, servían como base para negociar en una nueva reunión esta semana, una vez que el FMI, el Banco Central Europeo y la Comisión Europea hayan analizado en profundidad las medidas.
En su nueva propuesta, Grecia acepta finalmente los objetivos fiscales establecidos por los acreedores y fija el superávit primario (sin intereses) en 1% para 2015, 2% para 2016, 3% en 2017 y 3,5% en 2018. Además, el gobierno heleno ofreció medidas fiscales por 2.692 millones de euros este año y 5.207 millones en 2016, 1,51% y el 2,87% del PIB, respectivamente.
Atenas mantiene tres tipos de IVA, con un alza en el gravamen general a 23%.Espera recaudar 680 millones adicionales este año y 1.360 millones en 2016. Además, eleva de 26% a 29% el impuesto de sociedades y prevé un impuesto especial a empresas con ingresos de más de 500 millones al año.
Pero la mayor concesión se realizó en una de sus líneas rojas: la reforma de las pensiones. El gobierno heleno propone ahora endurecer la prejubilación y retrasar la edad de jubilación a 67 años en 2025, además de subir el impuesto a las pensiones (en lugar de bajar las pensiones brutas). El plan asegura un ahorro en pensiones de 660 millones en 2015 y 1.860 millones en 2016.
Aunque el comisario de Asuntos Económicos de la Unión Europea, Pierre Moscovici, se mostró “convencido” de que Bruselas encontrará la solución y de que ya hay “una base sólida para un acuerdo”, los gobiernos de otros países miembro, como Alemania o España, pidieron cautela y minimizar las expectativas de un avance significativo en las conversaciones. Para los líderes europeos queda mucho trabajo por delante, incluido un acuerdo técnico que aprueben tanto el Eurogrupo como la antigua troika (FMI, BCE y CE).
La cita del Eurogrupo dio paso a una cumbre extraordinaria de jefes de Estado y gobierno de la zona euro que, como señaló la canciller alemana Angela Merkel a su llegada, tuvo carácter “consultivo”. “El acuerdo podría llegar a fines de esta semana”, señaló el jefe del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, posiblemente en la próxima cumbre ordinaria de jefes de Estado y gobierno prevista para este jueves y viernes, después de “un análisis más completo” de la propuesta de Grecia.
El desgaste de meses de conversaciones sin frutos ha dejado al primer ministro Alexis Tsipras con un estrecho margen de maniobra ante el Eurogrupo y ante su partido, Syriza, en el Parlamento heleno, que debe aprobar el acuerdo en última instancia. Desde sus filas ya llegan las advertencias: “El acuerdo tendrá que ser compatible con las líneas básicas del manifiesto electoral de Syriza o no habrá acuerdo”, dijo el viceministro de Trabajo heleno, Dimitris Stratoulis, según Reuters.
El optimismo por un posible acuerdo dejó una ganancia de 9% en la Bolsa de Atenas en la sesión del lunes, impulsada especialmente por el sector bancario.
Más liquidez
El BCE elevó ayer, por tercera vez en seis días, el techo de la liquidez de emergencia (ELA, su sigla en inglés) que los bancos griegos pueden tomar del banco central del país a 87.800 millones de euros.
El emisor europeo elevó el techo 1.100 millones, a 84.100 millones, el miércoles pasado, y 1.800 millones más el viernes. El BCE se reunirá de nuevo hoy para evaluar esta situación, indicó a Bloomberg una fuente familiarizada con la decisión.
La frecuencia de las revisiones es una señal de la seria situación que atraviesa el sistema financiero griego: los ahorristas locales retiraron alrededor de 4.200 millones de euros de las entidades bancarias del país la semana pasada ante el temor de que Atenas no logre un acuerdo con los acreedores internacionales. Según reportes de Reuters, las peticiones de retiro de efectivo alcanzaron los 1.000 millones ayer.
UE PROPONE MÁS INTEGRACIÓN EN LA ZONA EURO
Mientras la crisis de Grecia está entrando a una fase clave, el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, presentó ayer una visión que aboga por un control más estrecho de las economías de la zona monetaria, incluyendo la creación algún día de una Hacienda común. En un informe publicado en conjunto con el BCE y otros organismos de la UE, el jefe del ejecutivo europeo propuso más ayuda para los Estados en problemas, combinado con una disciplina más dura para los países que incumplan los objetivos fiscales. El documento recomienda pasos "de arreglo rápido" que podrían ser introducidos en los dos próximos años, como el establecimiento de un sistema común de garantía de depósitos bancarios y de promoción de la competitividad, además de ideas a más largo plazo, como una Hacienda de la zona euro. La necesidad de que economías y presupuestos converjan "implicará de forma inevitable compartir más soberanía a lo largo del tiempo", agregó Juncker, a sabiendas de que el informe incluye puntos que generarán desacuerdo.
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