El presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, dijo que el banco central no necesita apresurarse para ajustar las tasas de interés, y reiteró que la Fed será paciente antes de reducir aún más los costos de endeudamiento.
“Ahora que nuestra política monetaria es mucho menos restrictiva de lo que era y que la economía se mantiene fuerte, no necesitamos apresurarnos en ajustar nuestra política monetaria”, dijo Powell en declaraciones preparadas para el martes ante el Comité Bancario del Senado.
“Sabemos que una reducción demasiado rápida o excesiva de la política monetaria podría obstaculizar el avance de la inflación”, dijo. “Al mismo tiempo, reducir la restricción de la política demasiado lentamente o demasiado poco podría debilitar indebidamente la actividad económica y el empleo”.
La Fed mantuvo su tasa de política clave sin cambios en enero, tras tres recortes consecutivos a fines de 2024. Powell y otros funcionarios han señalado que es probable que mantengan las tasas estables hasta que vean un mayor progreso en la reducción de la inflación, y a la espera de más detalles sobre los planes económicos del Presidente Donald Trump.
El mercado laboral sigue siendo sólido, lo que también permite ser pacientes a la hora de considerar nuevas reducciones de las tasas de interés. Powell describió el martes el mercado laboral como “ampliamente equilibrado” y “no una fuente de presiones inflacionarias significativas”.
Los datos de empleo más recientes mostraron un mercado laboral en desaceleración, pero sólido. Empleadores añadieron 143.000 puestos de trabajo en enero y la tasa de desempleo bajó al 4%. La inflación, medida por el indicador preferido de la Reserva Federal, se mantuvo por encima del objetivo en el 2,6% a finales de 2024. Powell dijo que la inflación está “algo elevada” por encima de la meta del 2% del banco central.
En su testimonio, Powell añadió que las expectativas de inflación “parecen mantenerse bien ancladas”.
Las propuestas políticas de Trump, por su parte, han elevado la incertidumbre a las perspectivas económicas y probablemente provocarán una serie de preguntas para el presidente de la Reserva Federal. La administración Trump ha aumentado los aranceles sobre los productos de China, ha amenazado con imponer aranceles adicionales a Canadá y México y a todas las importaciones de acero y aluminio, además de poner en marcha su prometida ofensiva contra la inmigración.
Esas medidas podrían presionar la inflación al alza, frenar el crecimiento económico o restringir el número de trabajadores disponibles, todo lo cual probablemente tendría implicaciones para la Reserva Federal. Algunos funcionarios de la Fed han comenzado a tener en cuenta las políticas de Trump en sus previsiones sobre la economía, mientras que otros han dicho que aún no han visto suficientes detalles para hacerlo.
Impulso desregulador
“Estamos atentos a los riesgos de ambos lados de nuestro doble mandato, y la política está bien posicionada para hacer frente a los riesgos e incertidumbres a los que nos enfrentamos”, dijo Powell.
Legisladores también preguntarían a Powell sobre la desregulación financiera impulsada por Trump. Ese impulso influyó en la dimisión del gobernador de la Reserva Federal, Michael Barr, de su cargo de vicepresidente de supervisión. Aunque seguirá siendo gobernador, Barr ha dicho que dejará el cargo regulador a fines de febrero, en parte para evitar un enfrentamiento con la nueva administración.
También se podría presionar a Powell para que responda si el aparente cumplimiento por parte del banco central de la orden ejecutiva de Trump que pone fin a los esfuerzos federales en materia de diversidad, equidad e inclusión contraviene los requisitos legales de la Ley Dodd-Frank de 2010.
Powell comparecerá el miércoles ante el Comité de Servicios Financieros de la Cámara de Representantes.