Las candidaturas presidenciales del senador socialista Bernie Sanders y del ex gobernador de Maryland Martin O’Malley, junto con la fuerte influencia que tiene en el sector más progresista del Partido Demócrata la senadora Elizabeth Warren, han obligado a Hillary Clinton a girar su discurso hacia la izquierda. Si bien esto podría significar un mayor apoyo dentro de su partido, también podría tener un impacto negativo sobre su relación con Wall Street, conocido como uno de los principales financiadores de las campañas electorales de Estados Unidos.
En el discurso que dio a mediados de junio en Nueva York, donde nació la industria financiera, para lanzar oficialmente su postulación a la Casa Blanca, Clinton abordó la desigualdad económica que existe en el país y atacó duramente al sector.
“Ustedes ven a las empresas teniendo ganancias históricas, con los CEO teniendo sueldos históricos, pero sus salarios apenas se han movido”, afirmó la ex primera dama antes de agregar que “mientras muchos de ustedes están trabajando en múltiples empleos para llegar a fin de mes, ustedes ven a los 25 mayores administradores de fondos de cobertura ganando más que todos los profesores de kinder de Estados Unidos combinados. Y a menudo pagando una tasa de impuesto más baja”.
La ex secretaria de Estado continuó sus críticas afirmando que el sector financiero y las multinacionales “han creado una enorme riqueza para unos pocos al enfocarse mucho en la ganancia a corto plazo y muy poco en el valor a largo plazo… mucho en complejos esquemas de transacción y recompra de acciones, muy poco en inversiones en nuevas empresas, empleos y una compensación justa”.
La principal carta demócrata reprochó a los abanderados republicanos por prometer “aniquilar las duras reglas sobre Wall Street, en vez de controlar los bancos que son todavía muy riesgosos, llamando a futuros fracasos”.
Apoyo esencial
Esta estrategia de presentarse como la defensora de la clase media ante los abusos de los poderosos puede ser eficaz para atraer votantes, pero Clinton podría alienar a un grupo cuyo respaldo sin duda necesitará para que su campaña sea exitosa.
Durante su aventura presidencial en 2008, la ex senadora por Nueva York recibió más de US$ 4 millones por parte de la industria de valores e inversión, convirtiéndose en el segundo sector que más donaciones entregó a su candidatura después de los abogados y bufetes, según datos del sitio OpenSecrets.org del Center for Responsive Politics.
Mohamed El-Erian, asesor económico jefe de Allianz y ex CEO de Pimco, afirmó recientemente al medio Politico que “las reformas financieras incompletas y las continuas noticias de actividad ilícita presionarán a los candidatos presidenciales, incluyendo a la ex secretaria Clinton, a ser duros con los bancos y eso causará incomodidad en Wall Street”.
En esa misma publicación, el director ejecutivo de una firma grande de la industria sostuvo que “mi miedo es que ella vaya a ser arrastrada muy hacia la izquierda por la gente que quiere que ella golpee a los bancos y se oponga a todas estas cosas de las que está en contra”.
El CEO, que no fue identificado, apoyó hace siete años a Clinton, pero ahora respaldará al ex gobernador conservador de Florida Jeb Bush.
En una entrevista con CNN, el multimillonario Leon Cooperman se quejó de que Clinton “se junta con estas personas en Martha’s Vineyard y en los Hamptons y la primera cosa que hace es criticar a los fondos de cobertura”.
Un gran éxodo de simpatizantes con enormes recursos financieros hacia sus oponentes podría complicar los esfuerzos de la abogada para recaudar los entre US$ 2 mil millones y US$ 2.500 millones que su comando ha apuntado como el monto necesario para ganar la elección.
Es parte del juego
Sin embargo, algunos creen que las duras palabras de Clinton son parte del juego político y que no son ataques personales.
“Como CEO y ex ejecutivo de Wall Street, aplaudo los comentarios de Clinton y no los veo como populistas ni muy de izquierda”, afirmó en otra nota de Politico Robert Wolf, ex director ejecutivo de UBS Americas y un gran recaudador de fondos demócrata.
Business Insider informó que existen varios líderes empresariales que están recolectando cheques a su nombre, como Marc Lasry, el multimillonario fundador de Avenue Capital. Lasry envió correos a sus amigos para recaudar US$ 270 mil en la primera semana de la campaña.
Además, la abanderada oficialista participará de pequeñas cenas privadas con ejecutivos de la industria, muchos de los cuales forjaron una estrecha relación con ella cuando fue legisladora.