Investigación contra partido de Bolsonaro pone en jaque reforma de pensiones
Indagatorias apuntan al gabinete brasileño. El secretario general de la presidencia, Gustavo Bebianno, se restó de reuniones oficiales y pidió cita con el presidente.
- T+
- T-
Tras 17 días alejado del centro del poder político, el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, retornó a Brasilia esta semana con algunos incendios que apagar.
El principal es la crisis interna desatada en su Partido Social Liberal (PSL) luego de que se abriera una investigación por la supuesta creación de candidaturas instrumentales en la campaña presidencial de octubre, para desviar fondos. La polémica involucra a los ministros de la Secretaría General de la Presidencia, Gustavo Bebianno, y Turismo, Marcelo Álvaro Antônio, además de los hijos del mandatario.
Según las investigaciones, detrás de ello estaría la intención de justificar gastos que, hasta ahora, se calculan en un total de 400 millones de reales (US$ 106 millones).
El escándalo es el segundo que involucra a uno de los hijos del jefe de Estado, desde que éste asumió el 1 de enero, y ha terminado generando la primera gran crisis del gabinete, justo cuando se prepara para presentar al Congreso la promesa de campaña insigne de Bolsonaro: la reforma de pensiones.
Momento inoportuno
La administración tiene previsto enviar el miércoles una propuesta de reforma previsional al Legislativo que, de ser exitosa, podría mejorar la salud económica del país. De lo contrario, no sólo sumiría a la nación en una nueva crisis, sino que pondría en juego el futuro político del excapitán del Ejército.
El gobierno necesita cada voto del PSL, que se ha convertido -después del opositor Partido de los Trabajadores (PT)- en la organización política con mayor representación en la cámara baja. Una disputa hombro a hombro pone en riesgo ese apoyo.
Mientras, Bolsonaro tiene las horas contadas para terminar de revisar el texto que presentará la próxima semana y que, según analistas, propondrá cambios más suaves de los que inicialmente quería el equipo económico, en especial el ministro Paulo Guedes.
Por ejemplo, el titular de Planalto mantiene su propuesta de una edad mínima de jubilación de 62 años para las mujeres y de 65 años para los hombres, límites que quedarán establecidos tras un tiempo de transición de 12 años.
El equipo económico defendía un mínimo de 65 años para ambos sexos y un tiempo de transición más corto, de diez años.
Así las cosas, se espera que el proyecto a entregar responda a asuntos como la progresividad (que quien gana más, pague más), la equidad (donde todos sean incluidos por igual), el combate a las deudas y la eliminación de fraudes.
Carta blanca
En tanto, el propio jefe de Estado tuvo que salir al paso del escándalo. Además de reconocer las críticas públicas a Bebianno que hizo su hijo Carlos, hoy concejal de Río de Janeiro, Bolsonaro reiteró que no tuvo ningún tipo de contacto con su ministro mientras estaba hospitalizado en Sao Paulo.
Desde la esfera política han pedido la renuncia del funcionario, pero hasta ahora el presidente sólo ha ordenado a la Policía Federal que investigue las denuncias de desvíos de fondos.
“Si está implicado, lógicamente, y responsabilizado, lamentablemente el destino no puede ser otro que volver a sus orígenes”, apuntó el excapitán del Ejército.
Ayer, el ministro de Justicia y Seguridad Pública, Sergio Moro, confirmó que el mandatario pidió adelantar las pesquisas y que le entregó “carta blanca” para acelerar cualquier investigación relacionada a corrupción y lavado de dinero.
“El presidente profirió una determinación y la determinación está siendo cumplida, los hechos serán constatados y eventuales responsabilidades, después de la investigación, serán definidas”, afirmó Moro, tras participar en un evento con jueces en Brasilia.
Mientras, la tensión se ha apoderado de Planalto. Bebianno estuvo presente en el palacio hasta la noche del miércoles, pero ayer no fue a reunión del gabinete ni asistió a una reunión programada desde la semana pasada en Casa Civil para discutir la crisis en Venezuela. En tanto, el ministro pidió reunirse con Bolsonaro, pero la agenda de éste aún no lo contemplaba hasta ayer.