La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, realizará esta semana una gira por Estados Unidos, casi dos años después de que suspendiera su anterior viaje en medio del escándalo por el espionaje de la Casa Blanca al gobierno sudamericano.
Pero en medio de una severa crisis económica, la mandataria brasileña está demostrando su pragmatismo con una agenda copada de reuniones con empresarios. Rousseff presentará a los inversionistas privados el ambicioso plan de infraestructura con el que busca reactivar la estancada economía.
Luego de reunirse con lo más granado del mundo financiero y empresarial estadounidense, Rousseff se entrevistará hoy con el presidente Barack Obama con el que tiene previsto abordar temas relativos al cambio climático, innovación, educación y defensa. Mañana visitará al campus de Google en Mountain View, California, y asistirá a un almuerzo ofrecido por la ex secretaria de Estado Condoleezza Rice en la Universidad de Stanford con otros líderes de Silicon Valley.
El encuentro con Obama “será una excelente oportunidad para que ambos exhiban un liderazgo de alcance global”, destacó el director del departamento de Asuntos del Hemisferio Occidental de la Casa Blanca, Mark Feierstein.
“Está superado”
El viaje supone el punto final al agrio desencuentro que generó en 2013 la revelación de que organismos de inteligencia de EEUU espiaban las comunicaciones de Rousseff, así como de algunas empresas y ciudadanos brasileños, en un incidente que congeló las relaciones y forzó a la presidenta a cancelar una visita de Estado que tenía programada para octubre de ese año.
“Eso está superado”, resumió el diplomático brasileño Carlos Paranhos.
Y es que Brasil ha puesto al tope de sus prioridades relanzar las relaciones comerciales con EEUU, según el Plan Nacional de Exportaciones anunciado la semana pasada por Rousseff para revertir el déficit de su balanza comercial. Recientemente, Brasil lanzó un vasto programa de concesiones viales, ferroviarias, portuarias y aeroportuarias por US$ 64.000 millones.
EEUU es el segundo socio comercial de Brasil después de China, con un intercambio de US$ 62.000 millones el año pasado.
Agenda climática
Se espera que Washington y Brasilia emitan una declaración climática conjunta, aunque es poco probable que Rousseff fije una fecha para lograr un nivel neto de deforestación cero, dijeron especialistas a Reuters. Los expertos, sin embargo, esperan que anuncien al menos planes de cooperación para frenar las principales causas de deforestación en Brasil, con vistas a la Conferencia sobre Cambio Climático de la ONU de diciembre en París.
Por su parte, EEUU podría sumarse a mecanismos basados en resultados, como el Fondo Amazonia de Brasil.