El 1 de julio se cumplen recién seis meses desde que Dilma Rousseff empezó su segundo mandato como presidenta de Brasil y los partidos políticos han acelerado la marcha para encontrar a su reemplazante. El escándalo de corrupción en Petrobras, la desaceleración económica y la baja aprobación de la presidenta han puesto las miradas en su posible sucesor. El gobernante Partido de los Trabajadores (PT) está colocando todas sus fichas en el ex presidente Luiz Inácio "Lula" Da Silva. El PMDB, un partido pequeño de la coalición gobernante, está elevando a la ministra de Agricultura, Katia Abreu, mientras que en el opositor PSDB la lucha la disputan el gobernador por Sao Paulo Geraldo Alckim y el ex candidato y senador Aécio Neves.
El PT atraviesa uno de los peores momentos de su historia. Tras doce años en el poder, el desgaste se hace evidente. Su imagen se vio golpeada por el caso de corrupción "Lava auto" y perdió la mayoría en el Congreso tras la última elección. En el congreso del partido, a principios de mes, la mayoría de sus adherentes reconoció que su principal desafío es apoyar al gobierno de Rousseff, pero hay una facción de la colectividad que ya está preparando la estrategia para la elección de 2018. El candidato hasta ahora es indiscutido: Lula, el antecesor y mentor político de Rousseff, que salió de la presidencia con altísimos niveles de aprobación.
Un grupo del partido plantea la creación de un frente democrático y popular, con partidos y movimientos sociales, para la elección presidencial. Con este frente, el PT intentará disociar la imagen de Lula de las crisis enfrentadas por el partido y presentarlo como el candidato de consenso de la izquierda, según fuentes del diario Valor Económico.
Defensora del agronegocio
Katia Abreu pertenece al Partido de Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), el miembro menos estatista de la coalición de gobierno. Asumió como senadora el 1 de febrero, pero debió renunciar para asumir como ministra de Agricultura. Pese a que su posición pro libre comercio choca con la postura intervencionista de Rousseff, ambas mujeres han formado una relación compleja, pero cálida.
Cuando Abreu tenía 25 años, era madre de dos hijos y estaba embarazada del tercero, un pequeño avión que piloteaba su esposo estalló durante el despegue. Ella entonces se dirigió al sindicato de agricultores local para velar por el futuro del rancho familiar. En poco tiempo se convirtió en presidenta de ese grupo y a partir de allí en presidenta de la confederación de agricultura, el grupo de lobby del sector más importante del país. Luego fue electa para el Senado en representación de su estado natal de Tocantus.
Su fiera defensa del agronegocio le ha valido la enemistad de los pobres rurales y de los activistas medioambientales. Entre sus detractores también está Lula, ya que como senadora le concedió a Lula una de sus mayores derrotas políticas al eliminar un impuesto conocido como CPMF a las transacciones financieras.
Sin embargo, en el largo plazo, ser vista como una outsider de su propio partido le puede jugar a favor, ya que la desliga de los problemas de corrupción del gobierno y la coloca como una candidata de oposición.
Disputa en el PSDB
En el Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), la disputa la protagonizan el gobernador por Sao Paulo, Geraldo Alckmin, y el senador por Minas Gerais Aécio Neves, quien se enfrentó a Rousseff en la segunda vuelta presidencial del año pasado.
Pese a que la competencia más visible es entre ellos dos, el senador por Sao Paulo José Serra no está considerado fuera del juego. Mientras Neves controla el partido y Alckim el mayor estado del país, Serra (precandidato a presidente en 2002 y 2010) ha tenido una destacada actuación legislativa. Autor de propuestas sobre distintos temas de reforma política, ha recibido el respaldo estratégico del presidente del Senado, Renan Calheiros, del PMDB, reporta Valor.
Para la opinión pública, Neves es el contrapunto de Rousseff, pero dentro de su partido su posición como precandidato no está consolidada, explican sus aliados. Alckim ha buscado un protagonismo nacional que antes no había demostrado, refiriéndose incluso a temas legislativos, lo que ha preocupado a los cercanos a Neves.
Sin embargo, en el partido reconocen que todavía queda mucho trecho de campaña, la que podría verse influenciada por el desempeño del gobierno paulista en este período, la aprobación de Neves en Minas Gerais, la posibilidad de que Serra surja como alternativa e incluso la posibilidad de un impeachment de Rousseff y que el PMDB asuma el gobierno.
El panorama empezará a esclarecerse en julio, cuando se realice el congreso del partido y Neves sea reelecto en la presidencia de la colectividad. El senador ha prometido lanzar una "carta de principios", con propuestas en el área económica, social y de gestión.