El presidente del grupo industrial alemán
Siemens, Peter Löscher, aseguró hoy que la compañía alemana "ha
dejado atrás" el "negro capítulo" de la corrupción que ha salpicado
a la empresa en países como Argentina, Venezuela, Estados Unidos y
Alemania.
En una rueda de prensa organizada por la Asociación de la Prensa
Extranjera (VAP, por sus siglas en Alemán), Löscher insistió
repetidamente en el éxito alcanzado en la readaptación de las
políticas de la empresa, en la que han invertido 2.000 millones de
euros (US$2.800 millones) en los últimos 18 años.
Preguntado por los sucesivos escándalos que están afectando a la
empresa en países como Argentina y Venezuela, Löscher aseguró que la
compañía "colaborará con la justicia" como ha venido haciendo hasta
ahora.
Señaló que los negocios del consorcio alemán seguirán
desarrollándose con normalidad en esos dos países sudamericanos ya
que se mantiene la confianza de los clientes, "como ya nos han
demostrado", apuntó.
No obstante, rechazó responder a preguntas relativas al pago de
sobornos a miembros de los gobiernos argentinos de Carlos Menem
(1989-1999) y Fernando De la Rúa (1999-2001), así como a si esas
prácticas se mantuvieron posteriormente.
Siemens llegó el lunes a un acuerdo con el Departamento de
Justicia de EE.UU., según el cual pagará una multa de unos US$800
millones a cambio de que se desestimen los cargos que
pesan contra la firma alemana por corrupción.
El escándalo de los sobornos de Siemens estalló en noviembre de
2006 tras conocerse que antiguos directivos recurrían a la práctica
de sobornos y del pago de comisiones para lograr contratos.
La empresa detectó "pagos no aclarados" en al menos una docena de
países, fundamentalmente en EEUU, pero también en Argentina,
Vietnam, Grecia y Polonia, por valor de unos 1.300 millones de euros
(US$1.750 millones) entre 2000 y 2006.
En Alemania, Siemens logró que la Fiscalía de Múnich diera
carpetazo al caso aceptando el pago de 395 millones de euros (US$531
millones).
Löscher manifestó que ya se ha "disculpado repetidamente" por
esos casos e insistió en que la compañía apuesta ahora para el
futuro por una política de negocio "sostenible, lo que implica que
sea limpia".
Destacó el tiempo récord -menos de dos años- en que su compañía
se ha saneado de ese tipo de prácticas y afirmó que la reconducción
de las políticas ha sido su "prioridad número uno".
Apuntó que su trabajo es "llevar a la empresa hacia adelante" y
no entretenerse meditando sobre cómo puedo generalizarse dentro de
la empresa la práctica de los sobornos.
"Estuvo mal. Fue un capítulo negro", refirió Löscher, quien
añadió que la compañía ha aprendido "de forma amarga" de esa
experiencia y por eso es ahora mucho más exigente con sus políticas
y sus directivos.
Sobre el impacto de la crisis económica mundial en Alemania,
destacó que el Gobierno de la canciller, Angela Merkel, está
actuando de forma "decidida, correcta y "consecuente" y rebatió las
críticas vertidas desde otros países que han tildado su política de
tibia ante la gravedad de la situación.
"Cada país tiene su propia idiosincrasia. Y los programas
económicos no pueden simplemente extrapolarse de un país a otro",
apuntó.
Apuntó que la crisis reforzará a las empresas que ya son fuertes
y debilitará a las más débiles y apuntó que la desaceleración
económica mundial dará nuevas oportunidades a su compañía que, según
indicó, está "excepcionalmente dotada" para hacerle frente.
Según Löscher, el encuentro mantenido la pasada semana entre
empresas, sindicatos y el Gobierno de Merkel fue un "paso muy
importante" y estuvo marcado por un diálogo "directo y personal"
entre todas las partes.