Standard & Poor’s prevé que el volumen de suspensiones
de pagos en Europa alcance máximos históricos en 2009 y 2010, como resultado
del impacto de la recesión y de las restricciones financieras en la liquidez y
solvencia de las empresas.
Blaise Ganguin, responsable de análisis de crédito de
Standard & Poor’s en Europa, dijo ayer que entre 60 y 75 empresas europeas
vigiladas por la agencia podrían ir a la bancarrota en 2009, ante la
imposibilidad de cumplir sus compromisos financieros.
La agencia de calificación estima que la deuda impagada por
esas firmas se situará entre los 20.000 y los 25.000 millones de euros (US$
34.000 millones). Ganguin cree que estos números serán similares en 2010, ante
su expectativa de que la recesión y los problemas económicos se prolonguen
varios años en Europa.
De confirmarse esos números, la economía europea asistiría
al mayor volumen de suspensiones de pagos de su historia corporativa. En 2002,
tras el pinchazo de la burbuja de las empresas tecnológicas, la deuda impagada
se acercó a los 20.000 millones de euros (Unos US$ 27.200 millones) . En 2008,
y pese a la intensidad de los problemas financieros, Standard & Poor’s ha
registrado seis bancarrotas entre las sociedades que vigila, con un pasivo
conjunto de unos 4.000 millones de euros (unos US$ 5.400 millones).
Ganguin atribuye el salto en los impagos al progresivo
estrangulamiento que van a sufrir las empresas por la caída del consumo, que
reduce sus ingresos y dificulta el servicio de la deuda, y las restricciones
bancarias, que elevan los costes financieros e impiden la refinanciación de los
créditos.
Por sectores, el responsable de Standard & Poor’s
considera que fabricantes de automóviles, grupos químicos, constructoras, inmobiliarias,
empresas mineras y metalúrgicas son los que más problemas pueden tener para
pagar sus deudas.
Ganguin también espera serias dificultades para los
inversores que compraron empresas en operaciones muy apalancadas (financiadas
básicamente con deuda) entre 2005 y 2007, cuando los precios de mercado estaban
en su registro más elevado. Standard & Poor’s cree que unos 15.000 millones
de euros (unos US$ 20.400 millones) de deuda utilizada para las adquisiciones
está en riesgo, junto a unos 10.000 millones (US$ 13.600 millones de deuda
corporativa.