Borde costero de Magallanes ad portas de abrirse a la inversión salmonera

Andrés Pozo B.



Un paso fundamental para volver a entregar concesiones para el desarrollo de la acuicultura dio la Comisión Regional de Uso del Borde Costero (CRUBC) de Magallanes, entidad en la que participan más de 30 organismos públicos y representantes privados.

El jueves, con dos votos en contra, se acogió la propuesta de zonificación del borde costero y la de Áreas Apropiadas para el Ejercicio de la Acuicultura (AAA) para la provincia de Última Esperanza.

Esta es la última provincia de la región que resta por aprobar el plan definitivo, después que se cerraran los procesos para Magallanes, Tierra del Fuego y Antártica.

Tras ser acogida la propuesta de Última Esperanza se abre un período de consulta ciudadana de 30 días. Una vez finalizado podrá ser despachado a la Subsecretaría de Pesca y, luego, a la de las Fuerzas Armadas para dictar el Decreto Supremo con las nuevas zonas.



Industria salmonera

En Magallanes el cierre del proceso administrativo significará poder volver a otorgar concesiones, después que se mantuviera cerrado producto de la nueva ley acuícola, que daba un año para reestudiar y dar la posibilidad de contar con un nuevo ordenamiento.

Según el seremi de Economía, Pablo Ihnen, en la región existen cerca de 50 concesiones otorgadas, de las cuales hay 15 que están operando. Pero hay un interés de las empresas para crecer. Esto da el inicio para poder solicitar nuevas concesiones y desarrollar la industria acuícola, que es uno de los ejes del Plan Magallanes.

Según Ihnen, con la reactivación de la industria, esperan que la industria genere una producción de 40 mil toneladas a 2014, generando 4.000 puestos de trabajos, ingresos de entre US$ 300 millones a unos US$ 400 millones y la reactivación del sistema logístico portuario.



Ultima Esperanza

Según explican en el CRUBC, las áreas para desarrollar la acuicultura se reducirán con este nuevo ordenamiento, pero dado que el espacio estaba subutilizado, la industria podrá desarrollarse mejor que ahora.

Dentro de los cambios propuestos para la provincia de Última Esperanza, de las cerca de 140 mil hectáreas disponibles, un 63,86% serán para uso extensivo -mitílidos, productos que no sean peces-, un 31,76% para uso mixto -donde se podrán cultivar salmones, por ejemplo-, y un 4,37% se desafectará, no pudiendo utilizarse para estas actividades.