- En algún momento entre las ramas que conforman la CPC se instaló el debate de una reestructuración. ¿Cómo se resolvió eso?
- Hasta antes de que asumiera como presidente, había bastante discusión pública respecto de cómo manejar la CPC, de cómo entenderse, había ciertas discusiones con algunos gremios y, especialmente con Sofofa, y yo tengo la sensación de que eso quedó en el pasado.
Llegamos a un plan con los seis presidentes de rama, donde acordamos la CPC del futuro. La CPC es la institución más importante de Chile en materia gremial, porque reúne a todos los gremios, y bueno, hemos definido el futuro y lo hemos definido, a mi juicio, quizás tan bien que se acabaron todas las tensiones.
- Ese futuro y ese trabajo ¿qué significa?
- Se consensuó la actualización de algunos ejes de desarrollo para aportar a un mejor país. Me siento muy orgulloso de haber conducido un proceso que venía un poco separado y volvimos a juntarnos, nos pusimos de acuerdo, definimos los ejes de desarrollo de mediano plazo, que es la capacidad de articulación, de generar el bien común, los intereses superiores, los principios y valores de los gremios, representar aceptando la diversidad como una riqueza.
- ¿Esto significa que la polémica en torno a una reestructuración profunda queda atrás?
- Apenas asumí la presidencia mi principal preocupación gremial fue lograr una mejor y sólida unidad, y este documento lo grafica y lo avala. Por otro lado, este trabajo también permite fijar las bases de cómo será nuestro accionar a futuro. Y, en ese sentido, la idea es que sea más transversal, menos copular, pero finalmente la CPC no puede dejar de ser lo que es, que es la Confederación de la Producción y del Comercio.