El cientista político Cristóbal Bellolio, como siempre ha hecho cuando está fuera del país, sigue con interés desde Chicago -donde se encuentra como profesor visitante en la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad de Chicago- los avatares de la política contingente local que, en la medida que avanza más rápido de lo esperado, 2025 se pone más activo, con la carrera presidencial.
De eso conversó con Diario Financiero en profundidad, donde analiza el escenario para Carolina Tohá, para el propio Gobierno y para Michelle Bachelet a quien, desde su punto de vista, mientras más se demoré en responder más difícil se le hace decir que no a una tercera candidatura de cara a La Moneda.
También abordó la polémica por el traspaso de recursos de Corfo a Hacienda, respecto de lo cual manifestó que “no creo que mueva tanto la aguja” y tampoco que afecte al candidato presidencial oficialista, “salvo que ese candidato sea Marcel, ese es el único efecto directo que podría haber. Porque Marcel tiene fama de ser una persona muy seria técnicamente, muy competente, respetada transversalmente. Entonces, cuando aparecen estas controversias, por mucho que lo explique, se le abre un flanco”, reflexiona.
Y explica por qué la candidata de la UDI y RN, Evelyn Matthei, se subió al tema con tanto ímpetu: “Este tema le da la oportunidad de mostrar competencia técnica al lado de los candidatos Kaiser y Kast. El fuerte de Kast son sus credenciales académicas y el de Kaiser es que es un cruzado en la guerra cultural contra los progresistas. Entonces, si bien es cierto que en materia de seguridad no se sacan ventaja; en economía ella sí puede sacar ventaja. Creo que le sirve para perfilar su carácter de economista competente”, sostiene.
-¿Se puede asimilar la fuerza de Matthei a la de Piñera, dentro de Chile Vamos?
-La gente olvida que a Piñera le costó mucho instalarse como la figura rutilante y excluyente de su sector. Mucha gente que lo ve casi como el rey Sol, que nadie lo eclipsaba, olvida que para llegar a ese lugar pasó por varias etapas; hasta que finalmente fueron la fuerza de los hechos, su persistencia, sus lucas, sus éxitos electorales, los que lo pusieron como primus inter pares en una generación que al principio no lo consideraba su líder. Entonces, si ella llega a ganar la presidencial, recién va a poder decir ‘aquí la líder excluyente, rutilante del sector soy yo’, en este minuto se está recién construyendo.
-¿Qué le parece la irrupción de Kaiser?
-Entiendo que lo de Kaiser hoy día esté generando como una especie de mareo, una cierta atracción, porque es contestatario, porque parece que condensa mejor el voto anti-establishment, que vehiculiza mejor la bronca. En cambio Evelyn Matthei es súper stablishment, ha sido senadora, diputada, ministra, alcaldesa. No hay nadie que pertenezca más al stablishment político que Evelyn Matthei, es la única que no puede decir que es un outsider.
-¿Es posible que electores de Chile Vamos se encandilen con Kaiser o Kast?
-Kaiser y Kast tienen techo, se perciben como figuras muy radicales para el votante moderado. Hoy día todas las encuestas muestran que Matthei es la única que le gana a todos, incluso a Bachelet. Entonces, la derecha suele ser pragmática y en la recta final, porque es una política cuya trayectoria es tan conocida que es difícil sacarle esqueletos del clóset que no le conozcamos, tiene una solidez, una robustez, que hace que sea mucho más difícil votarla que a Sichel, en su minuto.
“La gracia de Bachelet es que le permite a Boric decir que la candidata de su Gobierno no sólo mantiene la coalición, sino que amplía incluso el paraguas”
-¿Cómo interpreta que la centroizquierda esté levantando la figura de Bachelet?
-Me parece tristísimo. Es el síntoma de una derrota profunda de un sector que no fue capaz de producir nuevos liderazgos en 25 años. Sé que hay buenas razones prácticas para preferir a Bachelet, pero no esconden el hecho de que se trata de un fracaso monumental, porque Bachelet representa a la generación de la transición. Habla del fracaso estructural de esta generación de poder parir liderazgos nuevos y especialmente del gobierno, porque los gobiernos generalmente quieren que dentro de su seno haya personas que lo hagan tan bien que sean acreedoras de la confianza ciudadana para que puedan ser presidenciables. En este caso lo ideal habría sido Tohá, Jara, Marcel, Jaime Pizarro, Camila Vallejo, cualquier nombre, pero alguien que hubiera salido de este proyecto.
-Todos hacen el análisis de que Bachelet no debería ser porque lleva muchos años en la primera línea política, ¿cuán válido es ese argumento, porque Matthei lleva tanto o más que Bachelet en política?
-Sí, bueno, técnicamente lo mismo, porque Michelle Bachelet fue candidata a concejal en el mismo período que Matthei a diputada. La diferencia crucial es que Matthei nunca ha sido presidenta. Esa es la clave.
-¿Qué pasa con Boric si no logra dejar un heredero en La Moneda, que es a lo que aspira toda coalición?
-Obviamente eso es lo ideal, pero hay dos factores que no los exculpa, pero hace que la crítica sea menos severa: En primer lugar, en el mundo y especialmente en Latinoamérica, estamos experimentando un ciclo oposicionista, es decir, los incumbentes les va muy mal cuando aspiran a reelegirse, si el poder lo tiene la izquierda, gana la derecha; si lo tiene la derecha, gana la izquierda. Cuesta mucho reelegirse, salvo que sea Bukele. Hay un segundo factor relevante, que la generación de Boric llegó al poder más verde de lo que debió, por lo tanto, es natural que gran parte de sus liderazgos todavía se estén construyendo.
-En ese escenario, ¿por qué Bachelet es tan atractiva ahora para el Frente Amplio?
-Porque es capaz de mantener a la coalición unida. Porque una cosa es perder y otra perder habiendo desintegrado la coalición. Tanto Bachelet como Piñera se fueron con coaliciones más chicas que con las que llegaron. La gracia de Bachelet es que le permite a Boric decir que la candidata de su Gobierno no sólo mantiene la coalición, sino que amplía incluso el paraguas, porque mete incluso a la gente de la DC. Desde ese punto de vista, yo diría que es una carta pragmática que le permite a Boric decir oye, yo terminé con la coalición más grande, llegué con una coalición pequeña que se llama Apruebo Dignidad y ahora somos Apruebo Dignidad, Socialismo Democrático, póngale como quiera, pero son más grandes todavía. Y Bachelet asegura eso. Segunda razón protege la parlamentaria, ¿si yo fuera candidato del PS o del Frente Amplio, con quién me quiero sacar la foto, con el que marca cuatro puntos, con alguien que marca 23? Tercera razón, evita el fantasma de las dos derechas en segunda vuelta. Cuarta razón, no le pone competencia a Boric para el próximo ciclo presidencial.
“Boric sigue siendo el líder excluyente de su cultura política”
-¿Cree que a Boric le queden ganas de volver?
-Evidentemente. Él termina con una economía más o menos bien aspectada; con esta narrativa de que al menos fue capaz de estabilizar al país… No se está esperando que termine con un 70% de aprobación, porque eso ya no existe. Si sale con un 34% o 35%, perfectamente, es una carta posible para el próximo ciclo presidencial. En cambio, si tú le das esa posibilidad a Vodanovic o a Tohá, o a cualquier otro, ese otro puede sacar 5 millones de votos en segunda vuelta, que lo posicionan al tiro para la siguiente. Bachelet le ahorra ese problema a Boric, que sigue siendo el líder excluyente de su cultura política.
-Mientras Bachelet y Tohá se toman su tiempo, hay una serie de precandidatos en la centroizquierda, como Mirosevic, Mulet, incluso Harold Mayne-Nicholls podría sumarse a esta lista o Jadue…
-Todas estas figuras que mencionas que debieran medirse democráticamente en una primaria. Si tú tuvieses mañana una primaria en la cual participan todas las sensibilidades del oficialismo y el que gane esa primaria va a tener la fuerza electoral suficiente para disputar el paso a segunda vuelta. Los liderazgos no crecen solos hay que ayudar a construirlos. Por Boric nadie daba un peso hasta que le ganó a Jadue. Por lo que el oficialismo tiene la posibilidad de construir un proceso democrático que le genere, además, un debate abierto de cara a la población que fortalezca el proyecto político, aunque pierda quizás Matthei, da lo mismo, si van a perder igual. La pregunta es si van a perder con Bachelet y sin construir nada o vas a construir algo que, eventualmente, pueda generar un movimiento, una fuerza, una coalición que actúe coordinada como oposición en el próximo ciclo presidencial.
-En ese contexto, es esencial que Matthei tenga una primaria?
-No estoy seguro, porque la experiencia de los últimos años nos dice que la primaria es buena, incluso cuando eres evidentemente el candidato. Entonces, tengo sentimientos encontrados con lo de Matthei. Por un lado, me parece que inventarle sparrings podría ser un poquito forzado. Pero, por otro lado, y por eso ella quiere meter en la primaria a Kaiser y a Kast, porque si los mete divide su votación y los mata al tiro.
-Imagino que eso quiere.
-Eso es lo que quiere ella y los otros, que tampoco son tontos, entienden que es una trampa. Lógico. Pero es buena pregunta. Fíjate que no tengo una opinión. Pero qué pasaría si es que Carter, Ximena Rincón, por ponerte un ejemplo, quisieran desafiar a Evelyn Matthei. Bueno, Evelyn Matthei les va a ganar por mucho y eso, quizás, la potencia y la fortalezca para no dejar espacio a que sólo la izquierda haga primarias. Puede ser…
“Bachelet sabe que cada día que pasa perjudica la opción de Tohá”
-En medio de todo esto parece que Carolina Tohá no repunta en las encuestas, ¿qué pasa si corre y pierde?
-A ver, Carolina Tohá no va a ser la primera ni la última política de fuste, de las que hay pocas en Chile, a la que la opción presidencial se le va a pasar por el lado. Se me ocurren Gabriel Valdés, Andrés Allamand… y creo que Carolina Tohá está a ese mismo nivel, hoy por hoy es por lejos, la mejor política que hay en Chile. De hecho, Gabriel Boric no es tonto y por algo entendió a quién tenía que poner a cargo de su equipo político después de perder el plebiscito del 2022. Ahora, que eso no se traduzca en popularidad, en cariño de la gente, obviamente, obedece a muchos otros factores. Como decía Maquiavelo, la política es una mezcla entre talento y oportunidad. Yo creo que Carolina Tohá tiene el talento, pero la oportunidad es muy difícil porque ella está defendiendo el legado de un gobierno que es impopular.
-Y de ministra del Interior, que…
-Claro. Y ejerciendo la labor más difícil de todas que es ser la jefa política del Gobierno, teniendo que lidiar además con la agenda de seguridad, que ha sido una de las piedras en el zapato del Gobierno. Por lo tanto, no es tan raro entender por qué le ha costado tanto a Carolina Tohá despegar como como candidata presidencial. El caso de Tohá no es un problema de Tohá, es que el Ministerio del Interior no es el lugar idóneo para construir una carrera presidencial y, aun así, ella está dispuesta a hacerlo, porque, de alguna manera, representa bien la maduración de este Gobierno.
-¿Cómo así?
-Carolina Tohá está representando un poco lo que Boric finalmente quiso, que es mostrar esta especie de reconciliación generacional que se dio entre el Frente Amplio y el Socialismo Democrático. Carola Tohá sería una candidata que podría articular políticamente, mejor que nadie cuál es el relato de esta nueva gran coalición, que es transformadora, pero con gradualidad, que es ambiciosa, pero con sensatez. Ella equilibra súper bien las virtudes de lo que podría ser un proyecto político de la centroizquierda para el futuro. Pero de lo que están preocupados los partidos es de alguien que marque.
-¿Y cómo la ve ahora como eventual candidata?
-Todavía contenida, todavía de ministra, todavía hablando por el Gobierno. Entonces, quizás si sale del Gobierno, una vez que Bachelet… si llega a decir que no, aunque va a ser muy difícil para la señora decir que no, pero cada día que pasa se le hace más difícil y lo sabe.
-Se está demorando mucho.
-Porque ella lo sabe, sabe que cada día que pasa perjudica la opción de Tohá.