Chadwick renuncia a la presidencia de la Universidad San Sebastián, que ha tenido un explosivo crecimiento con sus nuevos controladores

La renuncia de Andrés Chadwick a la presidencia de la junta directiva de la Universidad San Sebastián (USS) coronó las alborotadas semanas que se han vivido al interior de la casa de estudios.

Ya habían dejado su puesto como docente el exfiscal Manuel Guerra, investigado por presunta entrega de información a Luis Hermosilla en casos como Penta y Dominga, y su cargo como vicerrector el exministro Felipe Ward, acusado de acelerar permisos para un proyecto inmobiliario del Grupo Patio. Los cuestionamientos escalaron luego de que un artículo de El Mostrador revelara que la exministra Marcela Cubillos recibía un sueldo de $ 17 millones en la USS, previo a lanzar su candidatura como alcaldesa de Las Condes.

Todas estas controversias asolan a una entidad que estaba consolidando un plan de crecimiento que se había intensificado en los últimos años, al punto de situarla como la segunda universidad con más estudiantes en el país, incluso por sobre instituciones como la Pontificia Universidad Católica de Chile y la Universidad de Chile.

Potente expansión

Fue en 2007 que los actuales controladores arribaron a la USS, grupo en el cual destacaba uno de los fundadores de la UDI y que también presidió la junta directiva, Luis Cordero Barrera, fallecido en junio del año pasado. Entre los accionistas también resaltan sociedades y corporaciones ligadas al ejecutivo histórico del grupo Angelini -donde por 14 años fue gerente general de Arauco-, Alejandro Pérez; al holding familiar Pie de Monte, presente en el rubro inmobiliario, gastronómico y de entretenimiento, liderado por Pilar Zabala; y al controlador de Sonda, SalfaCorp y AFP Modelo, Andrés Navarro.

De la mano de sus dueños, la universidad se ha expandido con creces. Según datos de la Superintendencia de Educación Superior (SES), desde 2017, su matrícula creció un 55%, alcanzando 48.175 estudiantes en 2023, solo superada por la Universidad Andrés Bello (UNAB), que contaba con 59.075 alumnos. A modo de comparación, ese año, la UC y la Universidad de Chile registraron, respectivamente, 43.250 y 45.258 estudiantes.

Respecto al perfil de esos alumnos, en sus propios estados financieros, la institución explicó que aproximadamente el 70% financia su carrera con el Crédito con Aval del Estado (CAE), por lo cual el 40% de los ingresos de pregrado son recaudados por medio de créditos bancarios asociados a ese beneficio.

“Cada uno de estos créditos deben ser garantizados por la USS, mientras el alumno no haya egresado, en porcentajes que van desde el 60% al 90% del monto garantizado, ante un eventual incumplimiento de pago de los alumnos desertores”, señaló la universidad. La USS, vale decir, voluntariamente decidió no adscribirse al sistema de gratuidad, aunque sí tiene programas de becas, tanto internas como con apoyos externos.

Más ingresos y nuevos campus

El crecimiento también es financiero. De acuerdo a sus resultados, en 2023 los ingresos de la entidad subieron un 17%, superando los $218.862 millones (unos US$ 240 millones) respecto del año anterior. Pero su crecimiento viene de más atrás. Mientras en 2017, la universidad percibía ingresos por $ 115.990 millones, en seis años tuvo un alza de 88,7% en su facturación. Así, la universidad más que duplicó su patrimonio entre 2017 y 2023, fecha en la que este ascendió a los $ 143.503 millones.

La USS es una corporación de derecho privado sin fines de lucro, por lo que la universidad sostiene que todos estos resultados económicos “tienen como único propósito final, la capitalización de los mismos”, con el objetivo principal de realizar funciones de docencia, investigación y extensión.

La expansión, del mismo modo, se ha traducido en mayor infraestructura. En febrero, la universidad anunció la apertura de dos nuevos campus. “Con estas nuevas instalaciones la Universidad dispone de más de 240 mil m2, siendo una de las universidades privadas más grandes del país”, comunicó en esa fecha.

El primero de ellos se ubica en Ciudad Empresarial y contempla 21 mil m2, con tres edificios de cinco pisos cada uno. Dos de estos inmuebles están destinados a actividades docentes, mientras que el otro apunta a investigación científica y doctorados, además de albergar a la Fundación Ciencia y Vida, ligada al premio nacional de Ciencias y fundador de distintas empresas biotecnológicas, Pablo Valenzuela, quien también es accionista de la universidad. De hecho, en esa misma zona de Huechuraba -según reveló este medio en febrero-, la USS compró las exoficinas de La Polar en Avenida Santa Clara. El precio de esa transacción habría rondado los US$ 8 millones.

El otro nuevo campus es el segundo ubicado en Concepción -tras el campus Las Tres Pascualas-, con 14 mil m2 de superficie y 6 mil de ellos construidos.