Hacienda baja PIB para el año, sube inflación para 2025 por la luz y anuncia millonario plan de recorte del gasto público
El Ejecutivo corrigió a la baja en una décima su estimación, ante el menor desempeño de los sectores no mineros.
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El Gobierno se hizo eco del menor desempeño que ha tendido a mostrar la economía en lo más reciente, reduciendo de esta manera su proyección de crecimiento para el año. Así lo reveló el último Informe de Finanzas Públicas (IFP), dado a conocer este miércoles por el ministro de Hacienda, Mario Marcel, junto al coordinador macroeconómico de la cartera, Andrés Sansone, y la directora de Presupuestos (Dipres), Javiera Martínez, ante la comisión del ramo del Senado.
El Ejecutivo recortó en una décima su estimación de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB), a 2,6%. ¿La razón? Una desaceleración de los sectores distintos a la minería, mientras que el rubro minero vería un mejor desempeño.
Esta proyección se compara con el rango entre 2,25% y 3% que proyectó el Banco Central en su Informe de Política Monetaria (IPoM) de junio.
Por el lado de la actividad no minera, Hacienda anticipó una expansión de 2,1% en el ejercicio en curso, tres décimas por debajo de lo estimado hace tres meses. El Producto minero, como contraparte, crecería 6%, 1,4 puntos porcentuales de mejoría respecto al IFP anterior.
“La actividad confirmó el retorno a su senda de crecimiento en el primer trimestre. En lo que va del segundo trimestre, el crecimiento se desaceleró de forma transversal. En el tercer trimestre, se prevé una recuperación en las tasas de crecimiento de la actividad”, dijo Marcel ante los senadores.
¿De cara a 2025? El escenario mejoró, ya que ahora Hacienda pronosticó un alza de la actividad de 2,6%, una revisión al alza de una décima respecto al IFP previo. Esto implica que el PIB minero subiría 3,5% (misma apuesta de hace tres meses), mientras que el rubro distinto a la minería avanzaría un 2,5%, una mejoría de dos décimas versus la presentación anterior.
Eso sí, la estimación se ubicó por sobre el rango del instituto emisor en el reciente IPoM, cuando estimó una tasa de variación del Producto entre 1,5% y 2,5%.
Más inflación para 2025
Otra de las proyecciones que actualizó el Ejecutivo se relaciona con los precios, en un contexto marcado por el impacto del reajuste al alza de las tarifas eléctricas.
Para este año, se redujo en una décima el Índice de Precios al Consumidor (IPC) promedio a 3,7%, pero para el próximo año se aplicó una revisión al alza de un punto porcentual completo, a 4,4%.
Este cambio obedeció a que parte importante del impacto del precio de la electricidad se traspasará al próximo año.
“La inflación se encuentra cercana a su meta y en el corto plazo se verá impactada por factores contrapuestos. El peak del efecto transitorio de las mayores tarifas eléctricas se daría durante primer semestre de 2025”, dijo la autoridad.
Plan de ajuste
Luego de la actualización de las proyecciones macroeconómmicas, fue el turno de Martínez para explicar el panorama para las finanzas públicas, revelando un millonario plan de recortes de gasto para este año.
Explicó que se recortará el gasto en US$ 856,8 millones para el Presupuesto actual ($ 784.876 millones), lo que implica una variación negativa de 1% en el gasto total del sector público respecto a la proyección fiscal de mayo. Así, crecería 3,9% este año desde el 4,9% que se proyectaba anteriormente.
El recorte de gasto se concentrará principalmente en el ítem corriente, que es el destinado a la operación del aparato estatal, como compra de bienes y servicios y el pago de personal.
De hecho, a junio se ha ejecutado un 50,2% del gasto corriente, el menor registro observado en los últimos cuatro años.
El gasto de capital -inversión pública y transferencias de recursos para proyectos en esta línea- muestra una tasa de avance del 40,6% al sexto mes del año, su mayor nivel de los últimos cuatro erarios.
La directora de Presupuestos explicó que una de las razones principales de la contención del gasto se debe al resultado menor a lo esperado de la Operación Renta 2024, que contempla el año comercial 2023. Esto, además del esfuerzo requerido para cumplir con las metas de reducción del déficit fiscal.
Los impuestos declarados en el proceso cayeron 9,7% respecto a la operación del año anterior, totalizando US$ 15.818 millones.
Las principales disminuciones fueron la declaración en Primera Categoría (empresas), con una merma de 10,7%, mientras que el Impuesto Adicional -que grava a los contribuyentes extranjeros- se redujo 43,1%.
El Impuesto Específico a la Actividad Minera, por su parte, registró una caída en su declaración de 18,5%.
Todo esto fue complementado con un alza de 2,9% en el Global Complementario (impuesto a las personas) y de 48,9% en el tributo adicional que aplica a las empresas del Estado.
Las devoluciones solicitadas al Servicio de Impuestos Internos (SII), como resultado de lo anterior, se incrementaron en US$ 459,3 millones respecto a lo comunicado por el organismo a mediados de este año.
Las holguras presupuestarias se reducen y Dipres insiste en buscar nuevas formas de financiamiento
En el reporte, el espacio de gasto pasa de US$ 6.216 millones a algo más de US$ 4.120 millones.
Si bien en el Informe de Finanzas Públicas (IFP) de mayo se revisó al alza el espacio de gasto que tendría la próxima administración, en el reporte dado a conocer ayer se aplica un fuerte ajuste.
En el IFP del primer trimestre, el nivel de holguras para el sector público en el período 2025-2028 superaba los US$ 6.200 millones, mientras que en el informe del segundo trimestre el monto se recorta a US$ 4.120 millones.
Las holguras fiscales se definen como la diferencia entre el nivel de gasto del sector público que es compatible con la meta de reducción del déficit estructural, y los gastos comprometidos por el aparato estatal (ver tabla).
Según el documento, las holguras serán escasas para el próximo año, ascendiendo a apenas US$ 62 millones, mientras que en 2026 serán negativas por casi US$ 1.100 millones. O sea, que los gastos comprometidos superan en esa magnitud al nivel que es compatible con la meta fiscal.
Sin embargo, a partir de 2027 y 2028 se vuelve a generar un espacio relevante de holguras, coincidiendo con el segundo y tercer año de la próxima administración.
El IFP explica que las menores holguras se deben al ajuste a la baja de la proyección de ingresos estructurales a lo largo de todo el horizonte, manteniendo las metas de balance estructural del informe previo.
La Dipres advierte que “persiste el desafío de aumentar la generación de ingresos mediante nuevas fuentes permanentes de financiamiento”.
Otros ajustes: se espera un menor aumento de los ingresos fiscales y una deuda bruta del Gobierno Central más acotada
La Dipres también actualizó el panorama para los ingresos del Estado este año, proyectando una expansión total de 5,2% para 2024, lo que implica una reducción de 1,2% si se compara con el informe de mayo.
Esto principalmente por menores ingresos recibidos por rentas de la propiedad (con una caída de 14,4% si se compara con el último IFP), además de una baja de 6,9% en los ingresos de litio percibidos por la Corfo y de 17,3% en el resto de las rentas obtenidas.
Ahora, coherente con los esfuerzos de contención del gasto, la Dipres mantuvo sus proyecciones para el resultado final del sector público de este año.
En cuanto al déficit efectivo, lo situó en 1,9% del Producto, mismo número que hace tres meses.
Mientras que para el resultado estructural, también se mantuvo el saldo negativo en relación al IFP de mayo, en 2,2% del tamaño de la economía.
“Aun cuando se ha realizado un significativo esfuerzo por contener el gasto, este no logra compensar la caída en los ingresos estructurales proyectados. Ante esta situación, la presente administración continuará con la adopción de todas las gestiones necesarias para manejar los recursos fiscales de manera responsable”, dice el informe.
Ahora, estas cifras son mejores si se comparan con el -2,4% y -2,7% efectivo y estructural con que cerraron respectivamente el año 2023.
La proyección de deuda bruta del Gobierno Central, en tanto, se redujo para este año, situándose en un 40,1% del PIB, desde el 40,6% pronosticado en mayo.
¿La razón? El triple efecto del PIB nominal y variaciones del dólar y del euro respecto al peso chileno, lo que fue compensado al alza por la mayor inflación y la composición de la canasta de la deuda.
“La proyección de la deuda bruta como porcentaje del PIB disminuye para este año. Esto es un resultado favorable para la sostenibilidad de las finanzas públicas, y refleja el compromiso de esta administración con manejar los recursos de manera responsable”, señaló la directora de Presupuestos, Javiera Martínez.