Por C. BastÍas / C. Torres
La economía local ha venido creciendo más que el potencial en el último tiempo, situación que no ha dejado indiferente a nadie. Así lo destacó la minuta de la última Reunión de Política Monetaria (RPM) del 14 de marzo y estaría reflejado en el Informe de Política Monetaria (IPoM) que se publicará hoy.
“Todos los Consejeros comentaron el dinamismo de la actividad y especialmente el de la demanda interna por los riesgos que su evolución implicaba hacia adelante”, señala la minuta. Sin embargo, el Consejo del Banco Central en su discusión de mantener la TPM en 5%, aseguró que las presiones inflacionarias seguían controladas, de hecho, un consejero llamó la atención sobre la disminución de la inflación de no transables.
En ese sentido, surge la interrogante sobre si la política fiscal tiene un rol para contribuir al control de la demanda.
Para el economista de Gemines, Alejandro Fernández, a esta altura del año no es mucho lo que se le puede pedir al gasto fiscal. “Todas las señales que se han dado van en la dirección de que el presupuesto se va a ejecutar y si no se ejecuta por completo, la intención es gastar bastante. Las señales que se han dado con el bono, con la rebaja al impuesto de timbres y con la negociación anticipada del salario mínimo, van en la misma dirección y la reiteración de que se va a cumplir el compromiso de déficit estructural de 1%, a pesar de que ello implica un retroceso respecto del año pasado; todo va en la misma línea. Creo que no hay muchas razones para esperar que la política fiscal vaya a hacer una contribución significativa al control de la demanda”, asegura.
En tanto, el economista de Bice Inversiones, Cristóbal Doberti, explica que el gasto fiscal compone la demanda interna, entonces un crecimiento más alto del gasto fiscal tiende a exacerbar este problema. “En la medida que el gobierno mantenga su gasto fiscal acorde a lo aprobado debiera ser un gasto que crezca menos que el crecimiento de la economía local y debería contribuir a control la demanda”.
A juicio del economista del grupo Nueva Economía, Hernán Frigolett, sería ideal que el gobierno ejecute lo que estipuló en su presupuesto para el presente ejercicio.
“Le pediría que ejecute el presupuesto que formuló, no como el año pasado que finalmente aparece proyectando un superávit que está basado en su ejecución y no en fundamentos reales”.
Por su parte, el economista de la Universidad de Chile, Joseph Ramos, asegura no observar que haya necesidad de estímulo para la economía local. “No creo que haya necesidad de un estímulo para la economía local. El estímulo fiscal tuvo mucho sentido en el año 2008-2009 cuando fue la recesión internacional, pero de ahí en adelante no ha habido tal necesidad”.
En tanto, la investigadora del programa económico de Libertad y Desarrollo (LyD), Cecilia Cifuentes, asegura compartir la preocupación del Banco Central en el sentido de que ya llevamos un período bastante largo en que el gasto va creciendo a un ritmo superior al producto de tendencia. “Entonces ahí hay dos alternativas o el gasto se modera, o sube la inflación. Y en ese sentido, la preocupación del Banco Central es razonable. Si el gasto no se modera, obviamente, la tendencia del Banco Central tendría que ser en algún minuto durante este año subir la tasa de interés, a pesar de que la inflación todavía no ha mostrado ninguna tendencia al alza y eso es lo que mantiene la tasa en el nivel en que está”, enfatiza. De todas formas, Cifuentes asegura que en un año eleccionario eso es difícil y espera que la actual administración cambie la tendencia de los gobiernos anteriores donde había una expansión importante del gasto.
“El último año del gobierno anterior se gasto a un nivel récord histórico. Nunca en toda la historia había crecido un 17% real el gasto público. Estaba de por medio la crisis, que de alguna manera validaba un aumento de gasto importante, a mi juicio, fue excesivo y muy expansivo. Yo esperaría que el gobierno rompiera está tónica”, sostiene.