Cómo la CPC pasó de proponer como “el mal menor” el alza de impuestos a cerrar definitivamente la puerta al tema
Pese a que se planteó como alternativa a cambio de no avanzar en impuestos a la riqueza, la idea nunca generó eco en el sector, que había estado en contra de nuevos tributos.
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Cambia todo cambia. Una frase que por estos días genera eco al interior de los gremios que conforman la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC), a raíz del debate que existe en torno a la reforma tributaria.
Y es que la respuesta que dio la multigremial el pasado martes al ministro de Hacienda, Mario Marcel, en la cual cerraron la posibilidad de apoyar cualquier alza tributaria o nuevos impuestos, generó una ola de reacciones, y si bien en algunos también hubo sorpresa -como en el propio secretario de Estado-, al interior del mundo gremial desestiman un cambio de tono.
A final de febrero, el titular de la multigremial, Ricardo Mewes, ponía sobre la mesa la posibilidad de aumentar el impuesto a las empresas, a cambio de no avanzar en la discusión del tributo a la riqueza en el marco de la reforma tributaria.
Meses después, dicha alternativa desapareció de las conversaciones.
“Todos vimos la carta que publicó la Confederación de la Producción y del Comercio; creo que es evidente, del tenor de esa carta, que ha habido un cambio de actitud o de posición respecto del pacto fiscal, porque hasta hace no mucho tiempo escuchábamos una disposición, una actitud bastante más abierta a los temas tributarios”, cuestionó el secretario de Estado el miércoles.
Otro escenario
La crítica de Marcel probablemente hacía referencia a una postura más abierta que mostraba la CPC a inicios de año, cuando el titular de la multigremial, Ricardo Mewes, ponía sobre la mesa -en febrero- la posibilidad de aumentar el impuesto a las empresas, a cambio de no avanzar en la discusión del tributo a la riqueza en el marco de la reforma tributaria.
“Claramente, tenemos una mirada común entre las ramas de que esto es el mal menor, porque creemos que es mucho más perjudicial gravar el ahorro”, decía Mewes en aquel entonces.
Pero si bien el dirigente posicionó la idea públicamente, entre los seis gremios que conforman la organización nunca fue una alternativa que generara consenso. Es más, en la Sociedad de Fomento Fabril (Sofofa) y la Sociedad Nacional de Minería (Sonami) no habrían estado de acuerdo con transmitirla “como una moneda de cambio” en las conversaciones.
Rosario Navarro, presidenta de la Sofofa, junto al vicepresidente del gremio, Gonzalo Said en La Moneda. Foto: Julio Castro
“Fue una idea que estuvo meses sobre la mesa, pero que nadie apoyaba”, dice un conocedor de las conversaciones gremiales, agregando que dicha propuesta se levantó “porque entendíamos que había que negociar, y en esas conversaciones había que sacrificar cosas”.
Y es que entre los empresarios, al igual que en las filas del Gobierno, no se esperaba que se rechazara la idea de legislar de la reforma. Tras dicha negativa por parte de la Cámara de Diputados a la propuesta del Gobierno, el escenario se volvió más simple para el sector privado, ya que podrían defender sin matiz su postura: ni incrementos tributarios ni nuevos impuestos.
La postura que tomó aún más fuerza tras la incorporación de Rosario Navarro a la presidencia de la Sociedad de Fomento Fabril (Sofofa). “Ella y su mesa directiva, desde antes de asumir, comenzaron a reforzar que no era el contexto para incrementos impositivos”, cuenta otro conocedor del tema.
Mensajes y Enade
Estos antecedentes terminaron por ganar fuerza al interior de la multigremial, razones que llevaron a Mewes a, paulatinamente, cambiar su mensaje. La Enade 2023, realizada en abril, fue la oportunidad para ello. “El pacto fiscal que buscamos tiene que incorporar con fuerza medidas más efectivas que solo aumentar los impuestos”, señalaba parte del discurso del presidente de la CPC en esa oportunidad.
En dicho momento también planteó que la nueva reforma debería impulsar la inversión, descartando la creación de impuestos. “Cuando se grava el stock de ahorro, inmediatamente se desincentiva la inversión. En consecuencia, el impuesto a las utilidades retenidas y el impuesto al patrimonio no debieran incluirse en el Pacto Fiscal”, planteaba Mewes.
Discurso que con el paso de las semanas se tornó más duro. Los días posteriores a dicho evento, como gremio comenzaron a transmitir públicamente que no era el momento ni para alzas de impuestos, y que el foco de la reforma debería centrarse en el combate a la informalidad, la evasión y el contrabando.
“El tema del impuesto a la utilidad retenida, el impuesto al patrimonio, derechamente debiera estar fuera de la agenda, porque ya creo que hemos demostrado con creces que esos impuestos afectan al ahorro, a la inversión y, por lo tanto, al crecimiento”, dijo Mewes a DF en una entrevista a final de mayo.
El llamado a avanzar
Coherente con el curso de las declaraciones, el presidente de la CPC desestimó un cambio. “No hay cambio de tono”, expresó ante las críticas que expresó el miércoles el ministro Marcel.
“Aquí hemos conversado bastante en distintos ámbitos y lo que sí hay es una situación que para nosotros es hoy más preocupante de que lo que había antes”, dijo Mewes en el webinar DF Live | Volver al ahorro: un desafío para trabajadores y empleadores transmitido por DF.
Desde el sector privado respaldaron sus declaraciones, y recalcaron que como sector “no se han cerrado a un pacto fiscal”, sino que al hecho de que este incluya alzas tributarias y nuevos impuestos. Y recordaron el punto que hicieron en la carta que enviaron a Hacienda: “Compartimos el llamado a avanzar en aspectos relativos a la modernización del Estado, la eficiencia en el gasto público, evitar la evasión tributaria y reducir la informalidad, todo lo cual permitiría al Estado contar con más recursos”.