Por Cristián Torres E.
La economía sigue firme. Esa es probablemente la primera impresión al observar los datos de Cuentas Nacionales del cuarto trimestre de 2012, publicados ayer por el Banco Central. Es que tal como esperaba el mercado, el PIB se expandió un 5,7% año a año en el cuarto trimestre de 2012, lo que implica un crecimiento de 5,6% el año pasado respecto del anterior y 5,5% en términos desestacionalizados. Todo esto pese a que 2012 fue un año de crisis internacional, pero que al parecer, Chile supo enfrentar de buena manera. También un año bisiesto en el que se registraron cuatro días hábiles menos que en 2011.
Según informa el ente rector, el PIB fue impulsado por todas las actividades económicas, con excepción del sector agropecuario-silvícola, que registró una caída. A juicio de la Sociedad Nacional de Agricultura (SNA), esto “da cuenta de la grave pérdida de competitividad que afecta a los sectores transables de la economía y en particular, al agro”.
En tanto, servicios empresariales fue la actividad de mayor contribución al desempeño del PIB, seguidos por comercio, servicios personales, minería y construcción. En tanto, servicios financieros se distinguió como el de mayor dinamismo.
Aunque los expertos valoran las cifras, hacen una advertencia dado que es el tercer año que la actividad sigue impulsando el consumo.
De hecho, la demanda interna creció 7,1%, impulsada principalmente por el consumo -dada su participación predominante-, y en menor medida, por la inversión. El primero se incrementó en 5,8%, liderado por el alza de 6,1% del consumo de bienes y servicios de los hogares; en tanto, el consumo de gobierno aumentó 4,2%. Por su parte, la FBCF creció 12,3%, reflejando el mayor gasto en construcción y en maquinaria y equipos, que alcanzaron tasas de variación de 9,0% y 17,4%, respectivamente.
En tanto, la acumulación de inventarios valorada a precios del año anterior, alcanzó una tasa de 0,9% del PIB.
Al respecto, el economista jefe de Banco Penta, Matías Madrid, sostuvo que éste es uno de los riesgos que hay más allá del tema inflacionario. “Si se considera el crecimiento de la demanda respecto al ingreso nacional bruto, ni siquiera el PIB, está creciendo bastante por sobre eso. El ingreso nacional bruto creció en el año un 4,6% y la demanda sobre eso llegando al 7,1%. Ese es un riesgo de balanza de pagos bastante importante, que no solamente se da por el monto en relación al PIB, que es bastante alto, sino por la persistencia”.
En la misma línea, el economista jefe de BBVA, Alejandro Puente, indicó que a partir de estos datos surgen dos interrogantes. Cómo es posible tener más demanda que oferta por tanto tiempo y si es sostenible en el tiempo. Respecto a la primera, “una de las cosas que ha hecho posible este comportamiento en el último tiempo ha sido un precio del cobre muy alto”. Sobre si es sostenible, Puente asegura que no lo es y “en el futuro lo deseable sería que se modere el consumo y que aumente el ahorro”.
En tanto, el economista de Banchile, Nathan Pincheira, esta situación “es un proceso que se ha dado en los últimos años”. Sin embargo, advierte que “no hay que olvidar es que esto es sólo una parte de la historia y que de todas formas la composición es relevante, además de considerar que muchas veces este crecimiento obedece a holguras. Para adelante, de todas formas, si no observamos una moderación probablemente estemos en presencia de algún tipo de desequilibrio que por alguna variable nominal se ajustará, ya sea inflación o tipo de cambio”.