El Departamento de Trabajo de Estados Unidos informó ayer que las solicitudes de seguro de desempleo se redujeron en 16.000, llegando a ser 193.000 hasta finales de la semana pasada. Este sería su nivel más bajo en cinco meses y supera las estimaciones de economistas; tanto Reuters como Bloomberg esperaban 215.000 nuevas solicitudes.
La inesperada caída del indicador sugiere la fortaleza laboral estadounidense, a pesar de las alzas de tasa que ha provocado la Reserva Federal para controlar la inflación y la caída de la actividad y de la demanda.

El reporte señala que la media móvil de cuatro semanas descendió a 207.000, por quinta vez consecutiva. Mientras que las solicitudes continuas cayeron a 1,35 millones a mitades de septiembre y las iniciales disminuyeron en más de 12.000, hasta 156.060, la semana pasada.
Por estado, Michigan registró el mayor descenso, seguido por Nueva Jersey y Nueva York.
Según consignó Reuters, a fines de julio había 11,2 millones de ofertas de trabajo o dos puestos por cada desempleado. Pero se espera que las empresas reduzcan la contratación, como medida para no recurrir a recortes de empleo generalizados.
Recesión técnica
Los antecedentes del mercado laboral coincidieron ayer con otro dato: el Departamento del Comercio de EEUU confirmó que la mayor economía del mundo tuvo una caída anual de 0,6% durante el segundo trimestre de este año.
Esta se trataría de la tercera y última estimación acerca del Producto Interno Bruto (PIB) de entre los meses de abril y junio que se hace y, aunque es igual a la segunda, esta contiene antecedentes más completos.
De esta forma, sería el segundo trimestre consecutivo de contracción, ya que entre enero y marzo el Producto descendió 1,6% interanual.
También el promedio del PIB real y el ingreso interno bruto real -que es una medida complementaria de la actividad económica- disminuyó 0,3% en el segundo trimestre, una revisión a la baja de 0,7 puntos porcentuales frente a la estimación anterior.
La caída del PIB real reflejó bajas en la inversión privada en inventarios, la inversión fija residencial, el gasto del gobierno federal, estatales y locales, que fueron compensados en parte por más exportaciones y gasto del consumidor.