El diputado Pepe Auth (PPD) es de los que considera que el mal momento que atraviesa la Nueva Mayoría se explica por lo que califica como "una disputadisíma y polarizada elección interna del PS, sin ese factor naturalmente no tendríamos estas tentaciones en curso", advierte.
-¿Por qué es tan gravitante la elección del PS?
-Porque la pelea en el PS es por la lealtad a la presidenta Bachelet y evidentemente las consecuencias naturales son las que estamos viendo. El eje de disputa es qué candidatura le sirve mejor al gobierno de Michelle Bachelet y cuál es la que verdaderamente tiene la lealtad y el apoyo de la presidenta. Creo que es bastante artificial la disputa.
-¿Explicar las diferencias en la NM por la interna del PS no es reducir el problema que podría ser más de fondo, como las críticas a la conducción política por ejemplo?
-En el fondo muchos se refieren al gabinete porque no tienen coraje de hablarle a la Presidenta. Convengamos que en el presidencialismo que conocemos y en el estilo que hemos conocido de la Presidenta, ella maneja al gabinete de manera muy cercana. Al final, los disparos al gabinete son disparos a la Presidenta. No hay aquí, al menos en el estilo de gobierno de Michelle Bachelet, distancia entre el gabinete y ella misma. De hecho el poder del ministro del Interior residía fundamentalmente en el poder de la Presidenta y en la idea que teníamos todos de que la única vía para llegar a la Presidenta era el ministro del Interior, todo el debilitamiento arranca de esa fuente. Los ministros operan como un sucedáneo de la crítica a la Presidenta.
-¿Pero cómo ve usted el manejo del comité político, sobre todo frente a los últimos acontecimientos?
-El gobierno está desbordado desde el primer momento, porque la Presidenta no tomó la decisión que correspondía -a mi juicio- en el minuto en que estalla la información sobre la participación del hijo en el negocio de Caval. Esa ceguera ante el impacto que iba a tener ese acontecimiento, marca todo el resto del período del gabinete, que tampoco tuvo espacio para hacer la condena que ameritaba el caso, porque es evidente que esta debía salir de la primera magistratura. Luego todo está judicializado y por tanto pedirle el control de la situación al comité político implica pensar que la Justicia no es autónoma. Todo aquel que pide control de la situación en el fondo lo que está pidiendo es control de un acto que por definición no tiene otro control. Entonces, cualquiera podría situarse en el mismo lugar y pensar qué habría hecho en esas circunstancias y francamente el repertorio conductual es muy escaso. En lo fundamental hubo una decisión que tuvo consecuencias, radicar en una comisión la propuesta de soluciones a la crisis, que implicó un tiempo, de alguna manera aseguró que la incertidumbre se prolongaba más de la cuenta. Pero eso es contra la fortaleza de las proposiciones, porque no es lo mismo proposiciones salidas de un gobierno asediado y proposiciones salidas de una comisión transversal.
-¿Las propuestas del Consejo Anticorrupción permitirán en algún grado superar el actual momento político?
-Es un elemento determinante la superación del momento, pero complementado con la verdad y la justicia. Sin ese elemento es bien difícil restablecer mínimos principios de confianza para el futuro. Creo que este es el verdadero acuerdo y más que acuerdo lo llamaría imposición, porque no imagino quien desde qué legitimidad se va a resistir a reformas radicales y algunas de ellas –imagino- dolorosas para los políticos en el sentido que van a tener que aceptar una especie de policía que controle y regule la corrección de la ley electoral y financiamiento, etc.
-¿Este acuerdo-imposición que describe, debería tramitarse rapidamente?
-Fast-track, por ambas cámaras y de manera simultánea. En menos de tres meses debiéramos tener como conclusión que el estándar ético de la política se ha elevado de manera muy considerable de acuerdo a las expectativas y exigencias de la ciudadanía del siglo XXI.
-¿Junto a estas medidas también debería producirse un cambio de gabinete?
-Es evidente que habrá modificaciones del gabinete porque ningún presidente mantiene todo su período al mismo gabinete. Además era evidente que a fines del año pasado que ingresábamos a una segunda fase del gobierno, la Presidenta debía hacer ajustes. Lo importante es entender que el cambio de gabinete es un instrumento para marcar señales, que no se puede usar demasiadas veces so pena de anularlo como instrumento. Tiene que ser muy claro y vinculado a definiciones de la propia Presidenta en relación a su compromiso y metas para el período. Ella tiene que evaluar lo que necesita para el período que viene. La profundidad del cambio, por supuesto, depende de la profundidad de la reorientación que tome el gobierno.
-¿Esa profundidad involucra una reingeniería al comité político y particularmente sacar al ministro Peñailillo, cuestionado tras el caso de sus boletas a una empresa que a su vez le boleteó a SQM?
-Me parece que es bien peligroso lo que estamos viviendo porque si se consagra el solo hecho de haber trabajado en algún período de tiempo en una empresa que luego tiene dificultades y se ve envuelta en una investigación, como por ejemplo la que se lleva a cabo con Penta o SQM, se establece un precedente peligroso en orden a que antes de asumir una responsabilidad pública toda tu vinculación con el sector privado es peligrosa. Eso implicaría que al final solo funcionarios públicos pueden llegar a ser funcionarios públicos. Creo que hay que poner la línea divisoria en un punto claro, si se establece que alguien es imputado porque hay demostración de un vínculo pecaminoso. Me resisto a que las sociedades tomen decisiones por lo que parecen las cosas en lugar de por lo que son las cosas, las apariencias no pueden ser más importantes que las esencias.
-¿Comparte la tesis de Quintana de que habría una confabulación para debilitar las reformas del gobierno'
-Puede que haya alguno. Uno nota, cuando resucitan algunos liderazgos antiguos que pretenden dar lecciones, una cierta nostalgia de cómo se hacian las cosas antes. Pero esos que hicieron las cosas de determinada manera antes,no entienden cómo ha cambiado Chile. Yo veo otra cosa, la incomodidad natural de algunos porque en la distribución original del inicio del 11 de marzo de 2014 el PPD aparecía completamente sobre representado en relación al PS. No inventaría divisiones aritificiales tras el programa, las direcciones de todos los partidos están alineadas con el programa.
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