José Ramón Valente siguió desde Europa la penúltima cuenta pública de la presidenta Michelle Bachelet. El economista reconoce que no tenía muchas expectativas en torno al discurso en Valparaíso, a pesar de que se esperaban importantes anuncios en materia económica.
“Algunos senadores de oposición dijeron que fue la peor cuenta pública desde 1990. No creo que esto se trate de un ranking, aunque la Presidenta perdió una oportunidad importante de cambiar el rumbo y enviar un mensaje claro al sector privado”, señala el director ejecutivo de Econsult.
-¿Con qué sensación se queda tras la cuenta pública?
- Con la sensación de que la Presidenta está relativamente conforme con la gestión que ha hecho, lo cual es bien disonante respecto de la opinión que tiene más del 70% de los chilenos. Ese sentido de conformidad la hace seguir adelante con las reformas que ha implementado en sus primeros dos años y, es muy probable que si sigue haciendo lo mismo tenga los mismos resultados.
- Había altas expectativas de anuncios en materia económica.
- Para ser franco, independientemente de que yo pensaba que habría anuncios, creo que el nivel de convicción que se requiere de parte del gobierno para hacer creíble un anuncio en materia económica es muy grande, se requeriría de un cambio político relevante. En general, a nivel de inversionistas y empresarios ha quedado la sensación de que el tema del crecimiento no es una prioridad para el gobierno. Lo que es prioridad es llevar a cabo las reformas cueste lo que cueste.
Entonces, aunque la Presidenta hubiese hecho un anuncio, la verdad es que igual hubiese sido poco creíble. En cambio, optó por reafirmar sus propias convicciones.
- Pero la Presidenta hizo varias referencias al tema económico. Incluso llamó a los empresarios a un pacto por la reactivación.
- Los empresarios siempre van a tomar bien algo así. Pero es muy difícil que un gobierno que ha planteado una agenda de reformas que es contraria al crecimiento y desarrollo económico, plantee ahora que el crecimiento sí importa. Insisto: a menos que haya un cambio que transmita convicción y no sólo un discurso, es muy difícil que cambien las expectativas. Aun cuando la Presidenta haga este llamado o haga un par de anuncios, la confianza está tan dañada en los actores económicos respecto de la importancia que el gobierno le da al crecimiento, que es muy difícil que la confianza vuelva a fojas cero.
Incluso con un par de medidas para generar confianza se necesita algo con mucha convicción, se requeriría un cambio de gabinete adicional y empoderar al ministro Valdés, que ha tenido una actuación bastante mínima, por ejemplo, en la reforma laboral, a pesar de que su convicción probablemente es que la reforma laboral es mala. El empoderamiento que ha tenido para hacer valer sus puntos en la reforma laboral ha sido prácticamente cero.
- ¿Qué debería incluir un cambio de gabinete que complemente este discurso pro crecimiento?
- Si realmente la Presidenta quiere dar un mensaje que sea convincente, tendría que hacerlo con mayor convicción. Si la Presidenta estuviera convencida, probablemente tendría que poner un gabinete que jugara con el ministro Burgos y el ministro Valdés, y no que Burgos y Valdés sean como los negritos de Harvard del gabinete, que no sean la excepción y que sólo están ahí para hacer el punto porque no son realmente relevantes.
- ¿Deberían llegar más ministros como Burgos y Valdés al gabinete?
- Por supuesto, se necesitan más Burgos y Valdés en el gabinete. Tendrían que ser la base del gabinete y no la excepción al interior del gobierno.
- El ministro Valdés dijo que un país serio no anunciaba “paquetazos” cada semana para reactivar la economía. ¿Coincide con él?
- Sí, aquí no se trata de hacer un paquete de medidas. Lo que falta es que haya una visión clara respecto de cuáles son las reglas del juego y de qué estamos hablando cuando se le pide a la gente que invierta. Los países crecen por la vía de que la gente innove, invierta y ahorre en el país y crea en el largo plazo. Nadie tiene claro, excepto la Presidenta, cuál es el país al que estamos apuntando hacia el futuro, cuál es el modelo de desarrollo social al que estamos apuntando.
- ¿Qué efecto tendrá el plan de construcción de viviendas por US$ 450 millones anunciado?
- Ese anuncio es simplemente una aspirina para tratar de atenuar lo que se avizora para el segundo semestre: una caída muy fuerte en la construcción de viviendas. En 2015 hubo un exceso de actividad en ese mercado, básicamente por el IVA a la vivienda. Esa franquicia se acaba y es muy probable que lo que ocurrió en 2015 fue un adelantamiento de obras, no que haya mayor actividad.
- ¿Cómo ve que se acelere el proyecto que crea una AFP estatal?
- Esto ratifica el sello de este gobierno, que el sector privado deje de ser el motor de desarrollo del país, que el desarrollo tiene que estar básicamente de la mano del Estado y las empresas públicas. Aquí la Presidenta ratifica que sigue creyendo en lo que ha venido haciendo en estos dos años. Independientemente que diga que le importa el crecimiento, sus acciones van por otro lado.
-¿Faltó dar más certidumbre respecto del proceso constituyente?
- Por el lado constitucional, no podemos pretender que haya una reactivación de la inversión en Chile mientras el proceso constitucional esté abierto.