Entre los años 2006 y 2008, el senador Hernán Larraín encabezó la UDI, tal vez por eso entiende lo difícil del rol que en este proceso está cumpliendo la directiva y ha participado en las medidas que se han tomado para colaborar con su tarea. Pero también insiste en que con este traspié es necesario avanzar en la transparencia de la política y que "desaparezcan los aportes reservados, y los aportes anónimos, los que no tengan posibilidades de ser transparentes; y eso fiscalizado por un Servel fuerte, potente y con sanciones duras para quienes infrinjan estas normas".
-¿Y los aportes de las empresas?
-Es algo que todavía está en discusión. A estas alturas soy partidario de suprimirlos, pero no todos comparten esta idea en la UDI. A lo menos estuvimos de acuerdo en que los aportes deben ser transparentes y públicos, con lo que creo que la mitad del problema, si no más, se supera. La transparencia garantiza evitar la sospecha con la reserva de la información.
-Usted participó en la elaboración de la declaración, ¿no le quita peso que indirectamente se insista en la teoría del empate?
-Tuve alguna participación. No me gusta la teoría del empate, yo no la participo. Más que teoría del empate me gusta la teoría de la justicia y en lo que a nosotros nos afecta tenemos que hacernos cargo y responder por ello.
-¿La intervención que se le hizo a la mesa era necesaria?
-No lo llamaría intervención. La mesa nos convocó a muchos y todos quisimos cooperar, porque lo más importante cuando hay una crisis de esta magnitud es actuar con unidad.
-¿Cuáles deberían ser los siguientes pasos de la directiva?
-Por ahora, la mesa, ha estado actuando bien y se ha abierto un espacio nuevo, de mayor conversación. Y quienes no estando en la mesa tienen mayor experiencia o antigüedad como los ex presidentes u otras figuras, estamos todos disponibles a colaborar para que un momento de crisis, como el que vive la UDI, se pueda enfrentar de una manera cohesionada. Y una vez que se decanten estos procesos y que termine la etapa más crítica poder empezar a mirar el futuro con otros ojos.
-Se ha criticado la actuación de la mesa y se cuestiona a Silva, porque -dicen- mal podría solucionar el problema si es parte del mismo.
-No comparto esa mirada. Quienes están planteando –sobre todo desde la prensa- que hay ruidos de cambios internos, no hay tal. Hoy estamos trabajando para solucionar estos problemas y en el futuro veremos cómo se continúa en la forma de conducción, en el proyecto, en lo que he llamado la necesidad de entrar en una refundación, en nuevas estrategias, nuevos estilos. Pero hoy día no pareciera prudente, en medio de la tempestad, hacer modificaciones a la conducción. Eso me parece completamente fuera de lugar.
-Cree que a partir de lo sucedido, su propuesta de refundación tendrá más piso en la UDI?
-Espero. Porque la he planteado antes, luego del desastre político que tuvimos en las pasadas elecciones. Pero ahora, creo que a este desastre político se le plantea una crisis de imagen que obliga a una redefinición muy profunda, muy de fondo, sobre nuestro futuro.