La travesía de la creadora del índice para medir (y erradicar) la pobreza multidimensional
Sabina Alkire, directora de la Iniciativa de Desarrollo Humano de Oxford, defiende que es clave involucrar a los protagonistas de la pobreza en el diseño de soluciones. ¿Cómo hacerlo? Con canales abiertos y participativos de retroalimentación, escucha e innovación. “Tenemos que apoyarlos a ellos”, enfatiza.
- T+
- T-
Sabina Alkire iba encaminada a ser doctora. Estaba terminando la escuela de pre-medicina cuando empezó a viajar. México, Guatemala, India y Pakistán fueron algunos destinos que, con sus visitas, cambiaron su rumbo.
En sus viajes conoció un grado de pobreza que no había visto en su propia comunidad. "Eso realmente me interesó", dice al otro lado del Zoom. Sentada en su oficina en Oxford, donde desde 2006 dirige la Iniciativa de Desarrollo Humano de la casa de estudios (OPHI, su sigla en inglés), cuenta que optó por centrarse en problemas a largo plazo del desarrollo y reducción de la pobreza. "Hay múltiples aspectos de la vida que no están cubiertos por el dinero. Y eso siempre fue evidente", reflexiona.
Socióloga de formación, estudió dos masters en la misma casa de estudios: uno en Economía para el Desarrollo -que profundizó con un doctorado-; y otro en Ética Política Cristiana. "Para mí, se trata de llevar todo lo que uno trabaja a la oración y tratar de llevar la oración, el amor y esas cualidades apropiadas al trabajo, lo que uno hace de manera muy imperfecta", comenta.
Esto la llevó a crear, junto a su colega James Foster, el Índice de Pobreza Multidimensional (IPM). El método busca complementar la medición de la pobreza por ingresos con encuestas a los hogares sobre 10 indicadores que abordan salud, educación y estándar de vida.
El IPM Global 2021 incluyó por primera vez la perspectiva de género dentro de los hogares y realizó estimaciones para 109 países en desarrollo. En paralelo, 61 naciones agrupadas en la Red de Pobreza Multidimensional (MPPN, su sigla en inglés), están diseñando sus índices nacionales. Algunos ya lo han hecho, como Chile.
Pese a que por décadas ha estudiado la pobreza y ha buscado formas de erradicarla, Alkire defiende que el significado de "ser pobre" es algo que deben definir sus protagonistas: los hombres, mujeres y niños que viven en pobreza. "Realmente son ellos los expertos, porque lo experimentan al ser parte de su diario vivir", argumenta.
- ¿La pandemia ha generado más conciencia sobre la pobreza como algo multidimensional?
- Sí. Una de las razones es que el término comorbilidades también agrupa múltiples condiciones, es decir, multidimensional. En la pandemia si tienes dos factores y tienes Covid, es mucho peor. Se hace natural decir que si tienes un hijo en estado de malnutrición y no tienes educación, perder tu trabajo es mucho peor. Es tan evidente. ¿Por qué no lo vimos antes? La pandemia creó ese espacio para decir que, obviamente, la pobreza es así, multidimensional.
- ¿Cómo se puede involucrar a los protagonistas de la pobreza en el diseño de políticas y soluciones?
- Para mí eso es fundamental. Cuando se les pregunta a los pobres que salieron de la pobreza cuál fue la razón más importante por la que salieron, no fueron sus parientes, el gobierno, una ONG, ni un grupo religioso. Fue su propia iniciativa. Tenían que conseguir un trabajo, cambiarse de casa, lo que fuera. Mucho de eso se redujo para ellos a juntar las piezas y ser el motor que impulsaba el cambio, y eso nunca podemos olvidarlo. Si el 77% de las personas en pobreza han logrado esta transición armando piezas, es decir, a partir de cambios en múltiples factores, tenemos que apoyarlos a ellos para que aquellos que no lo han hecho, inicien juntando estos recursos.
¿Cómo se hace eso en la práctica? Entendiendo que los entornos acumulativos son complejos, pero teniendo formas más participativas de escuchar e innovar para jóvenes y grupos marginados; teniendo retroalimentación, líneas abiertas de reclamos, formas en que la gente pueda mostrar cuando el gobierno hace una promesa y no la cumple.
- ¿La pandemia va a ser un punto de inflexión en la lucha por erradicar la pobreza multidimensional?
- Eso espero. Soy una investigadora meramente cuantitativa, así que solo lo sabremos cuando lleguen los datos. Hay muchas cosas en contra geopolíticamente, por el financiamiento externo de diferentes programas de asistencia, así que no es un hecho. Hace un año hablábamos del punto de inflexión y un año después todavía creo que es posible. Si podemos aportar nuestras mejores herramientas matemáticas, políticas y sociales para enfrentar el problema de la pobreza, podemos hacerlo y no hace falta toda una sociedad. Se necesita un grupo dentro de un país.
- En 2020 ustedes estimaron que entre 151 millones y 547 millones de personas podrían haberse sumado a los "recientemente empobrecidos". ¿Cómo enfrentamos esto?
- Esperamos que no pase. Cada vez que haces una simulación estás diciendo "si no se hace nada, si no hay respuesta política". Eso es útil porque es un número impactante, pero es un número real. El propósito es decir que sin la acción humana este podría ser el costo, para incentivar a la gente a trabajar. Espero que se reconozca que incluso si la pobreza aumenta, habría aumentado mucho más sin el esfuerzo humano. Estamos viendo las primeras actualizaciones pospandemia. En México el porcentaje de personas que son pobres en el IPM aumentó en dos puntos porcentuales; en Colombia en 0,6, en Costa Rica bajó un poco. En Ecuador subió un poco. Eso en sí mismo es un testimonio silencioso y no podríamos asimilarlo si no tuviéramos proyecciones que mostraran lo que podría haber pasado sin acción.
Usando los datos
Alkire destaca que uno de los líderes en responder con métodos estadísticos ha sido Colombia.
Su caso, dice, es "de gran importancia" porque permite ver el alcance para adaptar las mediciones establecidas ante un evento inesperado.
Fusionaron datos del Censo y registros de salud, y elaboraron un mapa detallado en su sitio web. "Colombia fue muy golpeado por el Covid, sí, pero tener esos datos a mano significaba que las respuestas podrían haber estado mucho más informadas", explica.
- Es interesante que destaque a Colombia, considerando su estallido social de este año.
- En términos de uso innovador de herramientas de medición ante un escenario impredecible, la oficina de estadística fue inmediata. Desconozco los detalles de cómo se han usado esos datos, pero fue un líder en nuestra comunidad de personas que trabajan en la medición de la pobreza, porque mostró lo que había hecho con las herramientas existentes de medición y otros países fueron a ver qué podían hacer. Y, así, las ideas se alimentan de ideas.
- ¿Qué pasará cuando en 2022 la focalización se convierta cada vez más en una prioridad para los gobiernos que reducirán el gasto?
- La esperanza es que hayan algunos programas universales, no todo debe ser focalizado.
Cuando los programas son focalizados, la gente suele usar una aproximación monetaria. (Pero) podría ser más preciso, y se desperdiciarían menos recursos, si se usara una medida multidimensional para apuntar a los hogares con carencias demasiado grandes, porque sabes exactamente cuáles son las carencias.
El vínculo de Alkire con la medición en Chile
Chile está lejos de ser un país desconocido para Alkire. No recuerda cuántas veces ha estado en Santiago, pero sus visitas han sido a reuniones para asesorar el trabajo sobre el IPM de Chile (IPM-CL)- y a la Cepal.
Su último contacto fue el mes pasado, ya que Chile organizó -virtualmente- la octava Reunión Anual de la MPPN. En la cita, inaugurada por el Presidente Sebastián Piñera, 35 naciones presentaron sus avances en medición y reducción de la pobreza multidimensional.
El IPM-CL está compuesto -luego de revisiones y ajustes- por 15 indicadores divididos en cinco dimensiones: educación, salud, trabajo y seguridad social, vivienda y entorno, y redes y cohesión social.
- ¿Ha seguido de cerca la implementación del IPM-CL?
- No de cerca, porque Chile es un país muy capaz y de altos ingresos, así que tuvimos el honor de trabajar con Chile en su IPM inicial y luego en algunas de las actualizaciones. Pero de ninguna manera somos los expertos, los expertos están en Chile.
- ¿Cómo evalúa la adaptación que ha hecho el país de su metodología al IPM nacional?
- Chile logró este año innovar en la toma de las muestras de algunos indicadores de pobreza multidimensional en su encuesta Casen, no obstante, esperamos que puedan actualizar sus datos en los indicadores del IPM.
Para los IPM nacionales los expertos son los gobiernos. Tienen que pensar en sus instrumentos de encuesta, tienen que pensar en definiciones de pobreza. Y, en el caso de Chile, la Fundación para la Superación de la Pobreza actuó como un intermediario entre las comunidades y quienes diseñaron la medida de pobreza. Hablaron de las diferentes dimensiones y luego tuvieron que pensar en indicadores. Y creo que algunos de los temas son muy interesantes, como las relaciones y el medio ambiente. No sé si esos indicadores son los mejores, pero creo que otros países también están interesados en descubrir cómo pueden traer algunos de estos temas novedosos especialmente tras la COP26.