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Alejandra Amenábar: “El diseño puede aportar a resolver problemas complejos, como el cambio climático”

Decana de la Facultad de Diseño de la UDD, está convencida de que los diseñadores pueden y deben contribuir de forma mucho más activa en mejorar la vida de las personas.

Por: T. Espinoza | Publicado: Viernes 11 de octubre de 2019 a las 14:38 hrs.
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Foto: Rodolfo Jara
Foto: Rodolfo Jara

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Un puente que une creatividad e innovación para un fin específico, una pieza clave para interconectar disciplinas distintas que han trabajado normalmente separadas, un pivote que resuelve problemas complejos. Ese es el rol que crecientemente está asumiendo el diseño en el mundo, y que Alejandra Amenábar, decana de la Facultad de Diseño de la UDD, está empeñada en impulsar en Chile.

Arquitecta de la UC, en 2007 fue la primera, la más joven y hasta ahora es la única decana en Chile de una Facultad de Diseño con independencia total de Arquitectura. "El Consejo Directivo de la UDD decidió en 2007 separar esta facultad cuando se estaba comenzando a dar esto de la importancia del diseño para la innovación y para el trabajo interdisciplinario", recuerda.

Con un magister en Arquitectura del Paisaje, por estos días está terminando su tesis para un postgrado en Política Públicas de la UDD. La está haciendo sobre la experiencia del Reino Unido, porque justamente es uno de los países que más ha incorporado el diseño en sus políticas públicas.

¿En Chile estamos muy lejos de una experiencia como la del Reino Unido?

Muy lejos. Acá se hacen cosas. Me ha tocado dirigir en conjunto con el decano de la UC las últimas tres bienales de diseño, que es el evento de diseño más importante en América Latina y que ha impulsado la innovación en esta área y ha contribuido a hacer mejoras en las políticas públicas. Hoy contamos con un coordinador nacional de diseño, se abrieron líneas específicas en Fondart para diseñadores y se estableció un puente con los ministerios de Cultura y Economía, que es la visión que tiene Reino Unido y que muchos intentamos empujar: que diseño no sólo es cultura sino que también economía, que contribuye empíricamente a mejorar el desarrollo de un país, a ser más competitivo, a marcar una diferencia.

¿Esa es una visión que tiene esta facultad?

No sólo la facultad. Hay varios diseñadores en Chile que esperamos que el diseño sea considerado más en esa línea y no solamente desde una perspectiva estética o como de producto final. No digo que la parte estética no sea importante, el diseño es persuasión y tiene que encantar al usuario mediante una buena solución formal, pero también tiene que funcionar, tiene que serle útil.

-¿En la funcionalidad es donde el diseño puede hacer un mayor aporte desde la perspectiva económica?

Puede ser ahí, pero también desde la mirada. Un ejemplo es la exportación de aceite de oliva, usar galones versus vender en envases de menor tamaño, muy bien diseñados, con muy buena gráfica y a un precio mucho más alto. Como en ese, hay muchos en los que el diseño agrega valor y contribuye a una mayor competitividad país.


Diseño y cambio climático

Diseño de la UDD es parte de Cumulus, la asociación de escuelas de diseño más grande a nivel mundial y Alejandra Amenábar participa una vez al año en sus congresos. Allí, cuenta, ha notado cómo desde hace unos años lo medioambiental se vuelve más y más relevante en todos los países, sobre todo en Europa, y cómo la enseñanza del diseño se enfoca en esta problemática en función de los desafíos globales.

Además, hace dos años la invitaron a ser miembro del jurado del Index Awards, que es el concurso más importante de diseño a nivel mundial, que organiza la ONG danesa Index. Ahí, dice, se le abrió un mundo impresionante sobre la base de la filosofía que tiene Index es que es design to improve life, cómo el diseño mejora la calidad de vida de las personas. Conoció una cantidad muy importante de iniciativas (este año postularon 1.800) de vanguardia en temas tecnológicos, de reciclaje, de inclusión. La premiación fue el 6 de septiembre.

¿Las escuelas de diseño en Chile están también considerando este nuevo foco?

Se está considerando en los talleres. Hay un concurso basado en los 17 desafíos globales que lo está organizando Cumulus y donde las cuatro universidades chilenas que somos parte de esta red estamos participando.

En particular en la UDD la aproximación es más fuerte porque, a raíz del acercamiento que hemos tenido con Index, 25 profesores fuimos capacitados en la metodología The Compass que ellos desarrollaron justamente para identificar problemáticas y desafíos complejos, como lo es hoy, por ejemplo, el cambio climático. Esto es bien importante destacarlo: el diseño resuelve muy bien problemas complejos, es un pivote crucial para conectar distintas áreas y disciplinas, sobre todo en el ámbito de la ingeniería, de la salud, de la educación.

¿Las empresas han recogido esta idea del diseño?

Poco. Ven al diseño como una solución a una problemática, pero al final, y yo creo que, para que realmente impacte a la empresa, el diseñador debe estar desde el inicio, tiene que ser parte de la estrategia, decir a qué usuario se quiere llegar, cuál es la problemática que se quiere atacar.

Hay productos que uno claramente relaciona con el diseño y que están en cuestión por el cambio climático, como los envases o la ropa. ¿Cuál es la propuesta desde el diseño?

En el caso de la industria de la moda, que es la segunda más contaminante a nivel mundial, hay harto por hacer: programas de reciclaje y de devolución; el diseño de desechos, en lo que ya hay experiencia interesantes en el mundo, y crear nuevas soluciones de materiales más orgánicos, que contaminen menos. Esto de la ropa hay jóvenes que se lo están tomando súper en serio.

¿Cuál es el papel del diseño en estos cambios?

El diseño sí o sí tiene que estar 100% involucrado con los desafíos globales, complejos, y contribuir en una forma mucho más activa en mejorar la vida de las personas.

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