La lucha por el Ritz: el quiebre de un clan, un jeque y la pandemia
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Desde Londres
Punto de reunión obligado de reyes, princesas, políticos y artistas, el Hotel Ritz es uno de los símbolos de poder y glamour en Londres. Pero el que fuese uno de los lugares de reunión favoritos de Winston Churchill ya no es británico. El viernes 27 de marzo, el hotel cerró sus puertas por primera vez desde su inauguración en 1906, a consecuencia de la cuarentena total que se impuso en Londres. Pocas horas después se anunció su venta. El Hotel Ritz ahora es propiedad de un comprador qatarí, que se mantiene en el anonimato, y que habría pagado entre 700 y 900 millones de libras esterlinas.
La venta causó revuelo en medio de una City en cuarentena. Primero, porque la operación se concretó a pesar de la peor crisis que haya enfrentado el sector hotelero en el último siglo. Luego, porque el destino del Ritz está en el corazón de la lucha interna de una de las familias más poderosas de Reino Unido: los Barclay.
Los gemelos Barclay
Frederick y David Barclay tienen una fortuna estimada en unos 3.000 millones de libras esterlinas, y entre sus propiedades destacan el grupo mediático que publica el periódico conservador The Daily Telegraph, y la plataforma de comercio electrónico Yodel. Su biografía señala que nacieron en Londres, en 1934, en un hogar de clase media. “Los gemelos Barclay” construyeron un imperio con inversiones en retail, medios y bienes raíces, valorado en 2019 por The Sunday Times en 8.000 millones de libras esterlinas. La última vez que se los fotografió en un acto público fue en 2000, cuando fueron ordenados caballeros por sus aportes filantrópicos. Sir David y Sir Frederick son dueños de un castillo de estilo neogótico en la diminuta isla de Brecqhou y son famosos por su aversión a cualquier publicidad.
Pero su privacidad terminó en febrero pasado, cuando documentos legales revelaron una feroz lucha al interior del clan, que se encuentra en medio de una reestructuración de sus negocios.
Junto con el Ritz, los Barclay estarían buscando ya desde el año pasado un comprador para sus otras empresas.
Frederick y su hija Amanda demandaron a los hijos de David -Aidan, Howard y Alistair, así como al hijo de Aidan, Andrew- acusando que sus conversaciones al interior del hotel Ritz fueron grabadas y usadas para boicotear sus planes para los negocios familiares. Tras la publicidad de la demanda, Financial Times reportó que la tumba del padre de los gemelos lucía una nueva placa, en la que solo constaba el nombre de David.
En el último episodio del feudo familiar, abogados de Frederick y Amanda anunciaron que impugnarán la venta del Ritz por no haber sido consultados, ni contado con su aprobación. Ya el año pasado, cuando el hotel se puso en venta, y el directorio estimó su valor en 800 millones de libras esterlinas, Frederick advirtió que disputaría cualquier operación por menos de los 1.000 millones de libras esterlinas.
Pero ni él ni su hija Amanda están en el directorio de Ellerman Investment, el holding familiar que era propietario del Ritz, y que está dominado por los hijos de David, especialmente Aidan, de 64 años.
En un comunicado, Ellerman Investment aseguró que ni Frederick ni Amanda tenían derechos legales para interrumpir la venta.
¿Rechazo al comprador?
¿Se trata solo de un rechazo al monto obtenido o también al comprador? No es la primera vez que los Barclay tienen como contraparte un comprador qatarí. En 2015, y tras una larga batalla legal y mediática, los gemelos cedieron y vendieron su participación mayoritaria en el operador de hoteles de lujo Maybourne. El comprador fue el fondo soberano de Qatar.
Por parte de Qatar, la compra estuvo a cargo del jeque Hamad Bin-Jaber al-Thani. El hombre que, siendo primer ministro del emirato entre 2007 y 2013, dirigió una ola de adquisiciones en Londres, aprovechando la crisis financiera. HBJ, como también se lo conoce, fue bautizado por la prensa inglesa como “el jeque que compró Londres” y se calcula que su fortuna supera los 8 mil millones de libras esterlinas. Ya sea a nombre particular o a nombre de la casa real qatarí, HBJ adquirió bienes raíces y participaciones en empresas inglesas (y europeas, incluyendo Barclays y Deutsche Bank), pero además se hizo de marcas icónicas como los almacenes Harrods y el rascacielo The Shard, otro símbolo de la ciudad.
Se especula que el Jeque es el misterioso comprador. La firma legal que asesoró la operación es Macfarlanes, quien ya trabajó con HBJ en 2016 en una demanda por violación de derechos humanos de la que fue exento por contar con inmunidad diplomática.
Con varios bares, restaurantes, un casino, y suites que oscilan entre las 450 y 5.250 libras esterlinas (suite Príncipe de Gales) por noche, el Ritz sigue siendo uno de los hoteles más lujosos de la ciudad. Hasta antes de la pandemia era necesario reservar con una o dos semanas de anticipación un espacio para tomar el té en su famoso Palm Court. Ambientado en estilo de la corte del francés Luis XVI, con paredes cubiertas de espejos y estatuas de bronce, es uno de los salones más conocidos en el mundo; y a diario alberga a los turistas que por 79 por persona (unos 85.000 pesos chilenos) esperan sentirse algo británicos, mientras disfrutan de los dulces, que cuentan con el reconocimiento de la Casa Real.
Por ahora los Barclay ya no tomarán el té en el Ritz. Según el periodista Tim Walker, excolaborador de The Telegraph, tanto David como Frederick están recluidos en su castillo en Brecqhou. La pandemia los habría llevado a recluirse juntos a pesar de la batalla legal.