El Ancla
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El nombre deja en claro su vocación marítima a la más clásica usanza chilena, con platos abundantes que no pasan inadvertidos. En su variada y extensa carta, no pueden obviarse las clásicas empanadas fritas con pino de mariscos, y si se atrave, con piure. Y la variable con queso despliega una batería de combinaciones con camarón, jaiba, centolla, machas y ostión.
Las entradas siguen el camino de la variedad entre clásicos como el Mariscal Frío y el Jardín de Mariscos hasta innovaciones como un contundente y gustoso Ceviche con Erizos, mientras los Locos Papas Mayo vuelven al camino de la cordura culinaria más patria.
Los caldos, chupes y guisos son una alternativa gustosa y apropiada entre los cuales el Caldillo de Congrio, la Paila Marina y el Curanto en Olla pueden llevarse el palmarés, con una mención especial para el Picante de Lapa.
En los pescados, unos de los leit motiv del local, siempre hay que esperar una sugerencia, pues la lista es larga con merluza, merluza austral, reineta, albacora, congrio, corvina, salmón y pescados de roca como rollizo, robalo, blanquillo, vieja, entre otros disponibles de acuerdo a la pesca del día.
Como lo manda el oficio, aquí la frescura de los productos es el elemento esencial, mientras que las alternativas de preparación, combinación con salsa y acompañamientos generan una carta contudente, masiva y extensa. Para todos los gustos… de los amantes de la comida del mar. Buena atención, amplia variedad de vinos, cervezas y destilados. Todos los elementos para tener una buena experiencia.