Apple y Facebook se enfrentan a sendas demandas en Estados Unidos por padres que critican las faltas de medidas de control que impidan que los menores efectúen cargos en los dos servicios.
En el caso de Apple se cuestiona la facilidad de compra de aplicaciones y los pagos 'in-app'. En el caso de la red social, la demanda está relacionada con la posibilidad de adquirir Facebook Credits por parte de los menores.
Los menores actuales son auténticos nativos digitales. Desde muy pronto los niños se relacionan con la tecnología y con servicios de Internet. Los padres tienen la responsabilidad de realizar una supervisión de las acciones de los menores y cuentan con distintas herramientas para ayudar en dicha labor. Sin embargo, en ocasiones no se consigue ni la supervisión ni el control necesario y se producen casos complicados.
Ahora que las compañías de Internet y del mundo de la tecnología están apostando por facilitar el acceso a los contenidos de pago, la relación de los menores con Internet encuentra un nuevo riesgo. Los padres temen que los menores puedan acceder a contenidos de pago sin ser conscientes de que se paga por ellos y reclaman mayor control por parte de las empresas. En este sentido, un grupo de padres a demandado a Apple, por no contar con medidas de prevención en este campo, y una madre a Facebook por acusaciones similares.
En el caso de Apple, se acusa a la compañía de dos acciones distintas relacionadas con el pago en aplicaciones. En primer lugar, las quejas se refieren a que para descargar apps gratuitas y de pago se solicita la misma contraseña. Los padres explicaron que si en alguna ocasión han dado la contraseña a su hijo para descargar un contenido gratuito, posteriormente se podría utilizar la misma contraseña para adquirir un contenido de pago. La falta de un sistema que distinga la adquisición de estos dos tipos de contenidos es una de las carencias demandadas.
No es la primera vez que Apple se enfrenta a problemas de este tipo. Anteriormente, las aplicaciones permitían el pago dentro de la aplicación sin solicitar la contraseña. Esto hacía que muchos usuarios comprasen contenidos sin darse cuenta, con el consecuente gasto de dinero, especialmente en el caso de niños.